[2] El grueso de las tropas del Batallón Joaquín París se envío a Calamar, El Retorno y Puerto Concordia, quedando sin ejército efectivo Mapiripán y San José del Guaviare, también fueron despachadas las reservas con base en informes falsos sobre posibles movimientos masivos de la guerrilla a esas localidades.
Durante 5 días con sus noches los habitantes estuvieron a la merced de los criminales, cinturones militares evitaban la salida, las casas eran allanadas, buscando papeles, libros o cualquier elemento que involucrara a sus moradores con la guerrilla, ya estableciendo quienes habitaban, con una “lista negra” previamente elaborada antes de la incursión, capturaban, torturaban, desmembraban, desvisceraban y degollaban a sus víctimas, muchos de los infortunados terminaron arrastrados por el caudaloso río Guaviare, así fueron eliminando las pruebas los victimarios.
[9] Los habitantes fueron evacuados vía aérea, fluvial y por carretera desde el 21 de julio, por la Cruz Roja Internacional, llevados a Villavicencio la capital del departamento del Meta y a San José de Guaviare.
Los familiares de las víctimas terminan desplazados, viviendo en otras poblaciones, en la indigencia y algunos exiliados en diferentes países.
[8] Carlos Castaño reivindicó la masacre pocos meses después y anunció que habría “muchos más Mapiripanes”.
Algunos tribunales son declarados incompetentes, lo que da tiempo para que varios responsables evadan la justicia, el integrante de las AUC, Rene logra escapar de la cárcel en Villavicencio, y solo algunos militares son detenidos y exfuncionarios públicos.
La Procuraduría General de la Nación instó a la Corte Suprema de Justicia para que, en el evento que se decida mantener en firme la sentencia condenatoria, precisara que el general (r) Uscátegui cometió el delito a título de autor por omisión impropia o comisión por omisión, y no como coautor impropio por acción.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado colombiano en 2008 por su presunta complicidad con el paramilitarismo en este crimen.
Añadido a esto Garzón sostuvo en que los grandes perdedores con el caso Mapiripán eran los organismos internacionales porque no se podía conciliar con la mentira y la calumnia.
Esto en referencia a que los testimonios, testigos y presuntas pruebas fueron declaradas falsas posteriormente.
Por estos hechos, los acusó formalmente por los delitos de fraude procesal, enriquecimiento ilícito y estafa agravada.
Por mentir para recibir beneficios económicos en la demanda presentada ante la Corte Interamericana ya han sido condenadas siete personas.
Según él, su tropa, conocida como Marco Aurelio Buendía, fue responsable de la masacre y ellos habrían sido los culpables, no los paramilitares.
Estas declaraciones contradicen las versiones previas de exparamilitares como Salvatore Mancuso y Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel, quienes señalaron que la masacre fue llevada a cabo por las Autodefensas en colaboración con algunos altos mandos del Ejército Nacional.
[34][35] Además el General retirado Jaime Humberto Uscátegui, quien fue condenado por este caso, declaro no creer en esa hipótesis.