Masacre de Barrios Altos

[6]​ En 1989, el agente del SIE, Douglas Arteaga, "Abadía", como parte del Plan Telaraña (una operación destinada a obtener información de la relación entre Sendero Luminoso con ONGs y otros partidos marxistas como Patria Roja y el Partido Unificado Mariateguista), es contactado por Sendero Luminoso logrando infiltrarse en dicha organización[7]​ gracias a la recomendación de un huesero del Mercado Central.

[9]​ En 1990, luego de recibir instrucción por parte de los senderistas y recopilar información, Arteaga es destinado por los senderistas al jirón Huanta N.º 840, en Barrios Altos, donde entra en contacto con Filomeno León, "José",[10]​ un técnico que reparaba cocinas averiadas.

[17]​ El entrenamiento de los miembros del Grupo Colina se realizó en la playa La Tiza.

[19]​ Para pasar las tranqueras policiales engañaron a la policía encendiendo las circulinas de las camionetas.

[23]​ Al ser preguntado "Abadía" quiénes eran los senderistas él respondió que todos lo eran para luego salir huyendo del lugar.

[9]​ Los atacantes, con el rostro cubierto con pasamontañas, ordenaron a los asistentes de la reunión a tenderse en el suelo diciendo "Tírense al piso, terrucos concha de su madre, al piso",[25]​ donde les dispararon indiscriminadamente.

[29]​[30]​[31]​ Resultaron heridas seriamente otras cuatro personas, una de los cuales, Tomás Livias Ortega,[32]​ quedó permanentemente tetrapléjico.

[25]​ Después, los atacantes subieron a los vehículos y escaparon rumbo sur a las afueras de Lima, reuniéndose en la playa militar La Tiza, donde celebraron por el éxito del operativo[33]​[34]​ y el cumpleaños de Martín Rivas.

[14]​ Durante la investigación, la policía, en total, encontró 130 casquillos de bala en la escena del crimen.

[35]​ Además, se encontró los ejemplares de El Diario, ocho tarjetas hechas con cartulina blanca con anotaciones diversas y un revólver marca Grevetata calibre 22.

[38]​ Según las diligencia del Poder Judicial, llevadas a cabo en el año 2002, un porta tropas con seis militares a bordo (cinco hombres y una mujer) se estacionó en el jirón Huallaga impidiendo que algún vehículo siguiera a los miembros del Grupo Colina, quienes luego de la masacre huyeron por aquel jirón.

En la búsqueda se enteraron de que el huesero había muerto en un asalto delincuencial.

Las investigaciones judiciales y los reportajes de la prensa revelaron que los involucrados en el crimen trabajaban para la inteligencia militar siendo estos miembros pertenecientes al denominado Grupo Colina.

Al día siguiente, tanto La República como Última Hora deslizaron la posibilidad de que los atacantes fueran paramilitares.

[40]​ Varias semanas después, el Congreso de la República designó una comisión investigadora para averiguar sobre la masacre.

Ellos dijeron que la masacre pudo ser obra de Sendero Luminoso, el MRTA u "organizaciones ajenas a estos grupos".

En otra nota exhibida por Diez Canseco se decía que un agente de nombre "Alker" efectuaba vigilancia sobre el inmueble.

[41]​ En diciembre, la comisión inspeccionó el edificio donde sucedieron los hechos, entrevistó a los heridos y realizó otras investigaciones.

El Congreso Constituyente Democrático elegido en su lugar en noviembre de 1992 no continuó la investigación ni publicó las conclusiones preliminares que se habían logrado.

Las autoridades judiciales no pudieron realizar una investigación seria del incidente hasta abril de 1995.

Presentó evidencia que Fujimori, actuando de acuerdo con Vladimiro Montesinos, jefe del SIN, tuvo control sobre el Grupo Colina.