Servicio de Inteligencia Nacional

Además, se llevaron a cabo operaciones conjuntas en Chile, Argentina y otros países latinoamericanos.Montesinos utilizaba la agencia para recopilar y controlar toda la información dentro de Perú.[7]​ Por ello, se ofrecieron 45 días para proceder a su completa desactivación por parte de Marcial Rubio.Por esta razón, y debido a las escandalosas irregularidades presupuestarias, la Contraloría General de la República realizó una acción de control, cuyo resultado ha sido utilizado por el Poder Judicial en casi todos los procesos que están vinculados al manejo presupuestario del SIN.Luego de su desactivación, el servicio continuó funcionando limitadamente en el año 2001 mediante un decreto ley que lo financió.[11]​ Para eso se ofreció 45 días para proceder la desactivación completa a cargo de Marcial Rubio.[12]​ Aun así, en 2001, este servicio seguía limitadamente operada por un decreto ley que lo financiaba.El escritor peruano Pedro Antonio Bedoya publicó en 2004 su obra Una penosa contingencia centrado en los mecanismos de la SIN.
Edificio Quiñones, donde tenía su sede la agencia