En años posteriores figuró en producciones de directores experimentales como John Chamberlain y Chick Strand.Su reconocimiento como artista aumentó tras su muerte, cuando sus pinturas empezaron a figurar en galerías de su país natal e internacionales.[3] La familia vivía en una zona acomodada al norte de la ciudad, aunque debido a la Gran Depresión pasaban constantes afugias económicas.[6] Durante esa época mantenía relaciones sexuales con varios hombres, y tras quedar embarazada, su madre le practicó un aborto ilegal en casa.[7] En 1940 la familia se trasladó a Davenport para que Hill pudiera trabajar en la fábrica de municiones Rock Island Arsenal.Inicialmente fue enviada a un campo de entrenamiento en el Iowa State Teachers College de Cedar Falls, y más tarde fue destinada a Washington D. C. donde trabajó como cartógrafa para el Estado Mayor Conjunto.[10] Cuando su hermano James regresó a Estados Unidos herido del servicio en el extranjero, ella se ausentó sin permiso y viajó a Iowa para visitarlo, por lo que fue juzgada por un consejo de guerra y confinada en un cuartel durante el resto de la guerra.Parsons tenía un alto rango en la Logia Agape, una rama de la Ordo Templi Orientis (OTO).[15] Durante una breve visita a Nueva York, Cameron descubrió que estaba embarazada y decidió abortar.[18] Parsons decidió vender su mansión, y la pareja se trasladó a Manhattan Beach.También quería reunirse personalmente con Crowley en Inglaterra para contarle sobre el «Babalon Working» de Parsons.[34] Esto la llevó a conjeturar que Parsons había sido asesinado por la policía o por antisionistas, y continuó sus intentos de proyección astral para entrar en comunión con su espíritu.[37] Hay pruebas no concluyentes de que estuvo internada en un hospital psiquiátrico durante este periodo antes de tener un breve romance con el jazzista afroamericano Leroy Booth, una relación que habría sido ilegal en aquella época.[52] Cameron volvió a quedar embarazada, aunque nunca estuvo segura de quién era el padre.[62] Juntos empezaron a explorar el tema de la ufología y se hicieron amigos del autor George Van Tassel.[64] En 1961 apareció junto a Hopper en el primer largometraje de Harrington, Marea nocturna.[65] Fue invitada a aparecer en Games, el siguiente filme del cineasta, aunque finalmente su participación no se materializó.[70] Según Bill Landis, biógrafo de Anger, Cameron se había convertido en «una figura materna bastante formidable» en la vida del cineasta.[76] Durante su estancia allí sufrió un colapso pulmonar y tuvo que ser hospitalizada.[84] Durante esa época mostró interés en las obras literarias El factor maya de José Argüelles y La senda del león de Charles Musès, y emprendió las prácticas neochamánicas recomendadas en este último.[89] Cameron conocía al cineasta experimental Chick Strand y apareció en su proyecto Loose Ends (1979), en el que narraba la historia de un exorcismo.[94] Según el historiador Martin P. Starr, su «dominante personalidad no admitía rivales de ningún tipo».[103] En su opinión, en sus dibujos se percibe «pasión y oficio», pero también «una candidez difícil de encontrar en nuestro momento posirónico».Rechazando esta etiqueta, Kansa la describió como «una bohemia pre-Beat, cuyo corazón estaba ligado al Romanticismo».[108] En 2006, su amigo Scott Hobbs creó la Fundación Cameron-Parsons para que sirviera de archivo y promocionara su obra.[111] En 2008, su pintura Dark Angel se presentó en la exposición Traces du Sacré del Centro Pompidou de París.[113] En 2015, se presentó una nueva retrospectiva titulada Cameron: Cinderella of the Wastelands en la Galería Deitch Projects de Nueva York, que incluyó una velada en la que amigos de la artista se reunieron para debatir públicamente su legado.[114] Su estética también influyó en el mundo de la moda; las diseñadoras Pamela Skaist-Levy y Gela Nash-Taylor reconocieron que Cameron fue una inspiración parcial para su marca Skaist-Taylor.[116] En 2011 se publicó Wormwood Star, una biografía de la artista escrita por el británico Spencer Kansa,[117] aunque no fue autorizada por la Fundación Cameron-Parsons.[119] En Los Angeles Review of Books, Steffie Nelson señaló que Kansa había actuado con «la debida diligencia para localizar a los conocidos y amigos de Cameron durante su infancia», pero al mismo tiempo criticó la falta de fuentes y notas al pie para reforzar el contenido expuesto.