En 1376, a los diez años, María pasó a estar al servicio de la reina francesa Juana de Borbón, y fue educada junto al delfín Carlos y sus hermanos.
Su marido, Enrique, fue también tomado prisionero tras la batalla de Nicópolis y luego se pagó su rescate[3][4].
María reclamó la herencia entera, mientras que Isabel insistió en recibir la mitad.
La baronía fue descrita como "poseedora de grandes castillos con sus 150 ciudades y pueblos, sus famosos bosques, bellos estanques, numerosos vasallos y grandes nobles, e ingresos inestimables".
Ambas mujeres tuvieron una relación hostil, y cada cual residía en castillos separados dentro de los dominios, con sus capitanes propios y séquito de parientes que se demandaban mutuamente.