Manuel Augusto Bedoya Lerzundi
[2][3][4] Regresó a Lima en 1902, donde completó su educación secundaria en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.[2][3] Allí tuvo por condiscípulos (aunque no del mismo año lectivo) a Abraham Valdelomar, Felipe Cossío del Pomar, Santiago Antúnez de Mayolo, Eulogio Castillo, Enrique Basadre Pastor, entre otros.[5] En 1903, siendo todavía colegial, se asoció con Valdelomar para fundar una revista cultural llamada La Idea Guadalupana, de la que fue director.[1][2][3][8] En esta última usó el seudónimo de “El Primo Basilio”, ganando fama entre los lectores por su peculiar estilo.Escribía con vehemencia, utilizando vocablos raros, verbalizando sustantivos y adjetivos con más imaginación que propiedad, en una actitud demoníaca, cortejando lo inesperado, lo macabro».Las alusiones a personas reales era tan claras e inequívocas, que provocó un escándalo en la sociedad limeña.Llegó a ser recibido en el Ateneo de Madrid y estrenó con éxito sus obras teatrales.[1] Se mostró adversario del militarismo instalado en la política peruana tras la caída de Leguía en 1930.[1] En las elecciones de 1936 postuló como candidato a senador por el Callao, pero dicho proceso electoral fue anulado por la dictadura del general Óscar R. Benavides quien se prorrogó en el poder hasta 1939.Su ira lo empujó a escribir una novela panfleto contra Benavides, titulada El general Bebevidas, donde pinta al dictador como un ogro sediento de sangre.[13] A su producción novelística hay que sumar cuatro obras dramáticas, además de numerosos artículos, cuentos y algunos poemas desperdigados en publicaciones periódicas.Un hombre artificial, publicada en 1917 y reeditada en 2015, ha sido ubicada en el ciclo vanguardista de la ciencia ficción peruana.