El Manifiesto de los Dieciséis fue un documento redactado en 1916 por los destacados anarquistas Piotr Kropotkin y Jean Grave, que abogaron por una victoria aliada sobre Alemania y las Potencias Centrales durante la Primera Guerra Mundial.
En ese momento, Kropotkin mantenía correspondencia frecuente con los que compartían su posición, y fue convencido por uno de sus miembros, Jean Grave, para redactar un documento para fomentar el apoyo anarquista para los aliados.
El sentimiento antialemán era una fuerte corriente en los movimientos progresistas y revolucionarios en Rusia desde sus inicios, debido a la influencia alemana en la aristocracia de la dinastía Romanov.
El historiador George Woodcock afirmaba que, como la mayoría de los rusos, Kropotkin fue influido por opiniones similares durante toda su vida, culminando en un acérrimo y perjudicial sentimiento antialemán al inicio de la Primera Guerra Mundial.
También afirmó que la población de Rusia se radicalizaría y uniría tras una victoria en la guerra, impidiendo a la aristocracia rusa beneficiarse del conflicto.
Había todo tipo de justificaciones plausibles para el imperialismo, para los controles financieros, etc. Y, dado que Tolstoi había muerto en 1910, ninguna voz libertaria y con autoridad moral se oyó en el mundo: ninguna organización, grande o pequeña, tomó la palabra.
[9] En respuesta a las críticas, Kropotkin se enfureció con Keell por no rechazar esas cartas, denunciándolo como un cobarde indigno de su papel como editor.
El documento fue firmado por figuras como Domela Nieuwenhuis, Emma Goldman, Alexander Berkman, Luigi Bertoni, Saúl Yanovsky, Harry Kelly, Thomas Keell, Lilian Wolfe, Rudolf Rocker, y George Barrett.
Varios de estos mismos hombres serán los que después firmarán el Manifiesto, incluyendo entre ellos a Jean Grave, Charles Malato, Paul Reclus y Christiaan Cornelissen.
Juntos, discutieron sobre la guerra y el firme apoyo de Kropotkin a los Aliados.
Inicialmente vacilante, debido a su imposibilidad personal para registrarse en el servicio militar activo por razones de edad y salud, Kropotkin fue finalmente convencido por Grave.
Los autores sostenían que un llamado inmediato a negociar no habría sido beneficioso, ya que el estado alemán podría dictar el proceso de paz desde una posición de poder diplomático y militar.
[15] Entre los principales signatarios del grupo se encontraban Jean Grave y Piotr Kropotkin.
Las otras firmas que apoyaron al documento fueron Henri Fuss, Jacques Guérin, Charles-Ange Laisant, Carlos Malato, Jules Moineau, Antoine Orfila, Marc Pierrot y Ph.
[15] La publicación del Manifiesto fue recibida con gran desaprobación por el movimiento anarquista internacional, y en consideración de su impacto, George Woodcock señaló que "tan solo confirmó la división que existía dentro del movimiento anarquista.
"[12][11] Los firmantes del Manifiesto vieron la Primera Guerra Mundial como una batalla entre el imperialismo alemán y la clase obrera internacional.
[19] Esta se tituló Governmental Anarchists (Anarquistas gubernamentalistas), y reconocía "la buena fe y las buenas intenciones" de los signatarios del Manifiesto, aunque los acusó de haber traicionado los principios anarquistas.
[8][20] A Malatesta pronto se le unieron otros anaqruistas de fama, entre los cuales se encontraban Luigi Fabbri, Sébastien Faure,[21] Emma Goldman, Émile Armand, Rudolf Rocker, Alexander Shapiro, Thomas Keell, Domela Nieuwenhuis, Gustav Landauer, Erich Mühsam, Fritz Oerter y Fritz Kater.
A pesar de ello, el movimiento anarquista en Rusia continuó ganando fuerza.
Similares acusaciones fueron hechas por otros bolcheviques como José Stalin, que escribía en una carta al líder bolchevique, "He leído recientemente artículos de Kropotkin -el viejo tonto parece haber perdido completamente la razón"[26] El historiador George Woodcock caracteriza a estas críticas como aceptables en la medida en que se enfocaron en el militarismo de Kropotkin.