Émile Armand

[1]​ Escribió para revistas anarquistas como L’Ère nouvelle, L'anarchie, L'EnDehors[1]​ y L'Unique.

Su pensamiento esta principalmente influido por intelectuales como Max Stirner, Benjamin Tucker, Charles Fourier, Friedrich Nietzsche y el Trascendentalismo americano.

En 1901 establece con Marie Kugel (su compañera hasta 1906), el periódico L'Ère nouvelle el cual inicialmente se adhiere al anarquismo cristiano para después tomar la bandera del anarcocomunismo y en 1911 finalmente se adhiere al anarquismo individualista.

Fundó la "Ligue Antimilitariste" en 1902 con Albert Libertad y George Mathias Paraf-Javal, otros anarcoindividualistas.

El activismo anarquista, pacifista y antimilitarista hace que Armand en este periodo sea encarcelado algunas veces.

En 1911 se casó con Denise Rougeault quien lo ayudó financieramente y con esto logró dedicarse enteramente a su activismo.

En este tiempo escribió Poésies composées en prison, l'Initiation individualiste anarchiste (1923) & La révolution sexuelle et la camaraderie amoureuse (1934).

Experiencias económicas y sexuales en la historia"[3]​ en el cual presenta comunidades intencionales de diferentes épocas.

A Armand le gustaba enfatizar la diferencia que su anarquismo individualista tenía con las corrientes más sociales.

Armand aplica esta regla a la amistad, el amor, los encuentros sexuales y las transacciones económicas.

Queremos encontrar la felicidad donde se posible, gracias a nuestro potencial de buscadores, descubridores, realizadores.".

Me siento como esclavo en tanto consienta el que otros juzguen mis pasiones.

Dijo que desde la posición anarquista individualista nada era censurable sobre el tener sexo, inclusive si uno no tiene "sentimientos fuertes por la pareja" de ese momento.

[12]​ Su militancia incluyó el traducir textos de intelectuales del amor libre como Alexandra Kollontai y Wilhelm Reich.

[13]​ Armand respondió a Scarfó: "Camarada: mi opinión cuenta poco en este tema sobre el que me preguntas.

Si lo estás, entonces ignora los comentarios e insultos de otros y sigue persiguiendo tu propio camino.

Émile Armand.