Llegó finalmente a desempeñar puestos de responsabilidad como Halconero mayor del Reino, Canciller mayor de Castilla y alcaide de Alcalá la Real, Andújar y Jaén, y en 1455, miembro del Consejo Real.
Así como la poderosa familia de su esposa y las familias de nobleza más inferior como los Zayas y los de la Chica quienes, como otros, querían que gobernase la ciudad su esposa, política y que siempre mantuvo relación con muchos nobles castellanos.
Sobre la vida del condestable se escribió en su época una biografía, la Relación de los Hechos del muy Magnífico e más Virtuoso Señor don Miguel Lucas, Muy Digno Condestable de Castilla.
Crea en Jaén una casa de moneda, la jaenciana, visitada por el propio Enrique IV en 1469.
Tras su muerte, el rey Enrique IV se presenta en Jaén de incógnito y se dirige al Concejo, donde pregunta por ciertos jurados y regidores, a los que manda colgar de las ventanas, al parecer en venganza por el asesinato del condestable.