Las Tunas (ciudad)

La ciudad es también un importante nudo vial que la vinculan con los demás municipios de la provincia.

El Aeropuerto Hermanos Ameijeiras (IATA: VTU, OACI: MUVT), gestionado por ECASA, se encuentra a 4 kilómetros de la ciudad en dirección noroeste.

El clima predominante en Las Tunas es del tipo cálido tropical, con estación lluviosa en el verano.

En 1823 se construyó la primera cárcel, designándose como su alcalde al sargento retirado Don Francisco Salazar.

Si el reo era de buena posición se pagaba los gastos durante el presidio, si era indigente o esclavo lo costeaban los vecinos.

En 1848 le fue otorgado a Las Tunas el título de Villa, concediéndosele la jurisdicción propia.

En 1852 contaba Las Tunas con cuatro barrios, denominados Hormiguero, Colón, Fomento y Jurisdicción.

En 1853 por Real Cédula se le otorga a Las Tunas el título de ciudad.

Lamentable fue la demolición, en los primeros años de la Revolución, del Hotel Plaza, que con su peculiar forma arquitectónica se levantaba en el lugar donde existe hoy la Plaza Martiana, frente al Teatro Tunas.

En 1859 se publica en la imprenta "El Hórmigo" el primer folleto titulado "Ordenanzas municipales del fiel pueblo de Las Tunas".

Manuel Agustín firmaba sus escritos con el anagrama de Sanlope, correspondiente a su primer apellido.

Existen en la ciudad XX teatros con sus respectivas programaciones, la Casa de la Cultura "Tomasa Varona", y varios cines.

Su creador fue Juan Nápoles y Fajardo, conocido por e Cucalambé, de ahí el nombre del evento.

La Jornada Cucalambeana es un gran acontecimiento cultural no solo en Las Tunas, sino también para toda Cuba.

Cuando ocurre algún espantoso asesinato alguien siempre asegura que la noche anterior vio al indio del caballo blanco cabalgando por alguna desierta calle tunera.

Un mural en una de las paredes interiores del hotel "Tunas" refleja esta historia.

Todo comenzó una noche densamente oscura en la que amenazaba un fuerte aguacero, una mujer sola en su casa notó una pequeña luz roja en los márgenes del río Ahogapollos, para ella se trataba con total seguridad el espíritu de algún alma en pena.

La fantasía popular llegó a hacer de la luz algo como una cosa extraordinaria.

El terror se había apoderado de los vecinos, llegando los más supersticiosos a encerrarse en sus casas al caer la noche.

Se dice que todavía hoy, en las noches más oscuras, hay quien ve luces al cruzar los pequeños puentes peatonales sobre el río Ahogapollos.

Plaza del Tanque de la ciudad de Las Tunas.