Junta de Aguas de Madrid

[c]​ No obstante el cargo más importante, por su actividad era el del veedor, que revisaba los «viajes» cada dos meses presentando informes y propuestas.[1]​ Del mismo modo, el superávit en la recaudación general podía revertir en préstamos a la Administración.La zona se atendió con la construcción de los viajes Alto (1632-1636) y Bajo (1636-1640) del Buen Retiro.[h]​[11]​ En estas tarifas no se contemplaban los impuestos para el mantenimiento de las galerías y conducciones.Un real (RA) se divide, a su vez, en dos medios, cuatro cuartillos, o 16 pajas.[12]​ Considerando que en el año 1600 una cántara de agua valía 28 maravedíes –y aunque diez años después había bajado su precio a 20 maravedíes–,[10]​ puede imaginarse el despliegue de medidas reguladoras y, en especial, represoras que rodearon y rigieron el consumo de agua en Madrid a lo largo del siglo xvii.El crecimiento demográfico llevó a un creciente trapicheo del agua, por lo que se prohibió la venta al por menor hecha por aguadores que vieron el gran negocio de ofrecer agua endulzada con anís a los «sedientos nuevos vecinos de la nueva capital de las Españas», ofrecida en jarritos o vasos a los transeúntes.También se les prohibió a los aguadores alquilar los burros para otros menesteres que no fueran su oficio, como el ofrecimiento de llevar “viajeros” (por lo general damas) hasta la ribera del río Manzanares.
Sección del viaje de Amaniel en el Museo metropolitano de Madrid en el Metro de Ópera .
Vista de la plazuela de Santo Domingo y su fuente ornamental frente a la calle de Leganitos , en la copia de 1866 de un dibujo y grabado originales de Louis Meunier hechos hacia 1665.
Hidrómetro diseñado y dibujado por Teodoro Ardemans , hacia 1724