Los términos, también latinos, que designan a su género y especie, Equus africanus, significan literalmente «caballo africano».[3] En un principio los burros domésticos fueron clasificados como una especie, Equus asinus, y se mantuvo durante mucho tiempo esta clasificación.Generalmente en casos como este se aplicaría el principio de prioridad usado en la nomenclatura científica, que establece que debe permanecer como nombre específico el primero en haber sido registrado, siendo asinus el más antiguo.Pero la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica determinó en 2003 en la Opinión 2027 que los asnos domésticos, al igual que otras diecisiete especies domesticadas, debían nombrarse como su variedad salvaje, Equus africanus, y por lo tanto los burros domésticos debían nombrarse como la subespecie Equus africanus asinus.A menudo tienen el pelaje de tonos más claros o blanco alrededor del morro, la zona periocular y el vientre, y con frecuencia presentan dos franjas oscuras en forma de cruz en su espalda.Son más longevos que los caballos, llegando a vivir hasta los cuarenta años.Los équidos se habían extinguido en el continente americano al final de la última glaciación.La primera aparición del burro en el Nuevo Mundo se produjo en 1495, cuando Colón llevó en su expedición cuatro machos y dos hembras.Además de su uso tradicional en la agricultura y el transporte, los burros fueron usados a partir del siglo xix en la minería.Fue admitido en los misterios de Vesta en recompensa por haber descubierto a esta diosa con sus rebuznos la violencia que intentaba hacerle Príapo mientras dormía.Los egipcios consideraban en el asno un símbolo de Tifón y trazaban su figura sobre las tortas que ofrecían a este dios del mal.Los romanos conservaron mucha parte de esta aversión contra el asno y encontrarse con uno se consideraba como mal presagio.Luego de que Júpiter hubo tomado posesión del imperio del mundo y los mortales concurrieron en tropel a ofrecer incienso en sus altares, movido el dios de su piedad les prometió atender al deseo que ellos formasen.Júpiter encargó al asno llevar este don inestimable, pero sintiéndose fatigado se acercó a una fuente para refrescarse.El estúpido animal no tuvo dificultad en cambiar por algunos sorbos de agua un licor más precioso que el néctar.El ejercicio del asno o aselación ofrece, con un poco menos de actividad, las mismas ventajas que la equitación.Una vez que se haya ganado su confianza pueden ser buenos compañeros en trabajo y recreación; por esta razón ahora son comúnmente conservados como mascotas en algunos países, en donde su uso como animales de carga ha desaparecido.[11] Otra aplicación recuperada del asno es su uso como animal vigía frente a lobos y cimarrones.En América Latina hay 7 700 000 (siete millones setecientas mil) cabezas actualmente, principalmente en México (3 250 000), Colombia (710 000), Bolivia (720 000), Perú (520 000) y Venezuela (440 000).Un caballo puede ser cruzado con una burra, en este caso el descendiente se denomina burdégano.
Los burros domésticos proceden de los burros africanos.
Semental de asno de raza andaluza-cordobesa.
Pollino de tres semanas.
Burro alimentándose.
Burro en una pintura egipcia datada entre 1298-1235 a. C.
Cílica
griega con un
sátiro
sobre un burro, datado alrededor del
510 a. C.