En 1906 su padre emigra a Argentina y él se instala en casa de su tía en Granada, donde pasó su adolescencia.
Al tiempo se trasladó a Madrid, becado por el ayuntamiento de su pueblo natal, para entrar como aprendiz en el taller de Mariano Benlliure.
Su verdadera formación, no obstante, tuvo lugar en el Museo de Reproducciones Artísticas, donde copió a los clásicos griegos, romanos y renacentistas, como Donatello.
Despuntó por fin en 1922, cuando logró el máximo galardón con gran éxito de crítica, siendo reconocido una segunda vez con este premio en 1927.
También retrató a Indalecio Prieto o Ramón Pérez de Ayala.