Joseph Duveen

[1]​[2]​ Gracias a la experiencia familiar en el mercado estadounidense, Joseph Duveen comprendió, desde muy joven, que las fortunas acumuladas en Estados Unidos podían hacerse con las obras de arte conservadas hasta entonces por los aristócratas y grandes terratenientes europeos, ahora empobrecidos a causa del hundimiento de los precios agrícolas iniciado a partir de los años 1880.

Joseph ayudó sobre todo al banquero Edward T. Stotesbury y a su mujer Eva a adquirir un lujoso mobiliario para amueblar Whitemarsh Hall, una de las mayores residencias privadas de Estados Unidos.

Por ejemplo, cuando ofreció construir para el Museo Británico una sala destinada a conservar los mármoles salidos del Partenón (comprados por el Estado británico en 1816 a lord Elgin), ordenó una restauración completa de dichos mármoles, eliminando su pátina y los pocos restos de colores originales.

[7]​ El Museo Británico reconoció en 1999 que «los daños causados en esta época son irreparables».

[8]​ Duveen también estuvo implicado en ocho procesos por «difamación y depreciación de mercancía»: como comerciante y experto, emitió varias veces, incluso respecto a transacciones en las cuales no estaba, en principio, implicado, juicios que pretendían sembrar dudas en el comprador potencial.

Duveen, posteriormente, compraba la pieza así devaluada por una cantidad simbólica para luego revenderla por una fortuna.

Al no tener heredero varón, sus títulos nobiliarios se extinguieron con él.

Joseph Duveen, fotografiado por George Charles Beresford .
Castaños en La-Celle-Saint-Cloud, por Alfred Sisley , 1865, Petit Palais . Donación de Joseph Duveen.
Armas del barón Duveen.