Su investigación está centrada principalmente en metafísica, ontología, filosofía del lenguaje y epistemología, con especial atención a las discusiones relativas a los mundos posibles y el problema de los universales.
Sólo uno de estos universales estructurales máximos está instanciado, siendo este el mundo.
Según este, el realista afirma como verdaderas proposiciones cuya base de evidencia trascendería nuestras capacidades epistémicas.
[33] Alvarado no está de acuerdo con esta objeción, y platea como posibles respuestas solventativas la postulación de nodos primitivos, dependencias ontológicas simétricas, o tropos relacionales nodales.
Desde este enfoque, las normas de derechos fundamentales se consideran principios de maximización, los cuales no imponen automáticamente derechos u obligaciones, sino que consignan "intereses" o "valores" para maximizar.
Sin embargo, la interpretación proporcionalista supone un peso relativo determinado entre valores básicos.
En la primera concepción, el Estado debería proporcionar prestaciones imposibles para asegurar placer, riqueza, fama, belleza o inteligencia a todos.
En la segunda concepción, el Estado debería proveer actos libres de las personas, pero esto es impracticable.
El Estado sólo puede garantizar condiciones para la búsqueda de la felicidad, al punto en que las libertades para perseguir la felicidad ya están incorporadas como garantías fundamentales en constituciones e instrumentos de derechos humanos.
De ahí que, en términos restringidos, un derecho a la felicidad entendido como libertad para perseguirla sería redundante.
Alvarado sostiene que identificar el término religión con un acto de creencia en algo conduce a consecuencias absurdas.
[53] Se ha mostrado a favor de una relación estrecha entre la Iglesia católica y la familia.
Esta última cumple funciones que son esenciales para una sociedad, entre ellas, la transmisión de la fe y la experiencia religiosa vivida en su seno.
Este hecho le ha llevado a impulsar propuestas focalizadas en desarrollar las relaciones entre padres hijos y los desafíos que plantea la coparentalidad, dando luces de cómo contribuir a su fortalecimiento desde el plano pastoral, siguiendo las directrices del Magisterio de la Iglesia.