Simplicidad divina

Por lo tanto, en términos cuantitativos o espaciales, Dios es simple en contraposición a estar formado por una agregación de partes: él está presente en su totalidad donde quiera que se haga presente.

Significa que no es cuerpo sino espíritu y, por tanto, es su propia esencia.

Todo lo dicho excluye, además, la hipótesis de que Dios entre en composición con otros seres.

Ella es realmente cada una de las personas divinas que se distinguen entre sí, no por una realidad absoluta (un atributo como la sabiduría o la bondad) sino por sus referencias mutuas (la paternidad, la filiación, la espiración).

Es lo que deberemos profundizar al momento de estudiar la vida trinitaria.