En revisiones judiciales posteriores fueron anuladas las condenas del considerado en 1933 como culpable de los hechos[3][4]: Marinus van der Lubbe, un joven comunista neerlandés de 24 años que fue sentenciado a muerte por el Gobierno alemán del canciller Adolf Hitler.
[5] En el momento en que los bomberos y la policía llegaron, la cámara de diputados estaba envuelta en llamas.
La policía, tras una búsqueda exhaustiva en el interior del edificio, encontró a Marinus van der Lubbe.
Con sus rivales detenidos y sus escaños vacíos, el NSDAP (el Partido Nazi) amplió su mayoría y permitió a Hitler consolidar su poder; los nazis estaban deseosos de «descubrir» una posible complicidad de la Internacional Comunista.
Dimitrov era, a la sazón, presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista.
Para activar la Ley Habilitante se requería una votación por una mayoría de dos tercios en el Reichstag.
El término "incendio del Reichstag" es utilizado por algunos autores para denotar un evento calamitoso y traumático puesto en escena por un movimiento político, orquestado por este, para provocar que sus opositores, a los que se culpa, sean vistos con recelo por la opinión pública.
[9] Según Lactancio, escritor y cristiano del siglo III y IV: Galerio instó a Diocleciano a incrementar la crueldad en las persecuciones; empleando emisarios privados, se incendió el palacio y después de haberse quemado una parte de este, se culpó a los cristianos y se los catalogó de enemigos públicos, por lo que el apelativo "cristiano" se volvió odioso desde el incendio.
UU. —mayor vigilancia, guerras, restricción de libertades, etc.[11] Póstumamente, la justicia alemana revisó en varias ocasiones el proceso contra Marinus van der Lubbe.