Póstumamente, la justicia alemana lo declaró inocente de tal hecho en dos ocasiones: en 1980[1] y en 2008.
Su padre, Franciscus Cornelis van der Lubbe, fue vendedor ambulante y abandonó a su familia cuando Marinus tenía siete años.
En la biblioteca de Leyden leyó a Karl Marx, Henry Ford y recibió educación por las tardes.
En 1929 sin embargo tuvo graves desavenencias con la dirección del partido, que le llevaron a desvincularse.
En 1931 trató de llegar a la Unión Soviética, pero no tenía dinero suficiente para el visado.
Se puso en marcha la maquinaria de propaganda nazi, con el Völkischer Beobachter a la cabeza, y al día siguiente el decreto de emergencia le dio más poder al Reichstag y a Hitler.
Marinus van der Lubbe fue juzgado en Leipzig con tres ciudadanos búlgaros: Georgi Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov, acusados también del complot.
Dimitrov dijo que por su acción contra el proletariado van der Lubbe debía ser condenado a muerte.
Se publicó un nuevo libro, el Libro rojo, que defendía a van der Lubbe y recogía testimonios de gente que le había conocido y aseguraba su integridad.