El aspecto que tiene en la actualidad lo adquirió durante unas obras en los años 1990, responsabilidad del arquitecto británico Norman Foster.
Otra moción, redactada con un estilo profundamente nacionalista inspirado por la victoria obtenida poco antes contra Francia, así como por el evento histórico que supuso la fundación del Imperio, no obtuvo mayoría suficiente.
Por desgracia para ellos, allí se encontraba el palacio del conde Atanazy Raczyński, diplomático y coleccionista de arte.
Cuando Guillermo I asestó el martillazo simbólico que daría comienzo a la obra, la herramienta estalló en pedazos.
[8][9] Desarrolló una especial aversión personal hacia Wallot, presumiblemente porque este no habría aceptado introducir algún cambio sugerido por él.
El monarca se negó a conceder al arquitecto premios que en un principio tenía previsto haberle dado.
Especialmente crítico fue el arquitecto berlinés Ludwig Hoffmann, que llamó al Reichstag "coche fúnebre de primera clase".
La biblioteca contaba con 90 000 volúmenes en el momento de su apertura y espacio libre para 230 000 más (en 1927 ya tenía 260 000 tomos).
Además respondía a motivos estéticos, pues Wallot diseñó los interiores (mobiliario incluido) imitando el estilo del Renacimiento alemán de los siglos XVI y XVII.
Este despliegue de lujo fue considerado típicamente alemán y en realidad con esa intención se había pensado: como complemento y contrapunto del exterior, que tenía un cierto aire neorrenacentista que no se diferenciaba del empleado en la época en otros muchos países.
Sin embargo, el lugar que le estaba reservado permaneció vacío más de veinte años.
El arquitecto y diseñador Peter Behrens dio forma a la inscripción utilizando caracteres unciales, muy extendidos por aquel entonces.
Como maniobra propagandística, el proceso resultó un desastre para sus organizadores, sobre todo por la superioridad retórica de Dimitrov en sus duelos dialécticos con Joseph Goebbels y Hermann Göring.
[14] Por tal motivo, la famosa instantánea del fotógrafo de campaña Yevgeni Jaldéi tuvo que haberse tomado por la noche.
El soldado que ondea la bandera soviética fue identificado durante décadas como Melitón Kantaria y fue honrado como un héroe nacional en la U.R.S.S.
[18] Las explanadas que lo rodeaban servían a la hambrienta población civil para el cultivo de patatas y hortalizas.
La remodelación del interior fue importante y se creó una nueva planta con objeto de tener mayor superficie aprovechable.
Al retirarse las cuatro potencias ocupantes en 1971, ni siquiera los plenos podían celebrarse ya en el Berlín Occidental, aislado en mitad de la República Democrática Alemana.
Foster había planeado un tejado trasparente que se alzaba por encima del edificio a modo de toldo.
La acción tuvo gran repercusión en los medios internacionales e hizo al Reichstag conocido en todo el mundo.
Algunos graffittis con contenido racista o sexista fueron retirados de acuerdo con diplomáticos rusos; otros pueden verse en el nuevo Reichstag.
[35] Para evitar deslumbramientos y que la sala se recaliente cuando hay mucho sol, parte de los espejos pueden taparse con pantallas móviles controladas por ordenador.
[36] Entre ellos se incluían representantes de las cuatro potencias que ocuparon Berlín: el arquitecto Norman Foster (Inglaterra), Christian Boltanski (Francia), Grisha Bruskin (Rusia) y Jenny Holzer (EE.
La participación del pintor Bernhard Heisig levantó enérgicas protestas por su supuesta cercanía al régimen socialista de la RDA, que según muchos le incapacitaba para trabajar en un parlamento democrático.
Con letras luminosas se escribieron las palabras "A la población" y si en la tierra crecía espontáneamente vegetación, esta no tenía que ser cortada.
Algunas horas más tarde, desde el Palacio de Berlín, Karl Liebknecht proclamaba la "república socialista libre" (soviética).
Durante las reformas posteriores a la Reunificación quedó al descubierto una galería con tuberías del sistema de calefacción.
[42][43] Durante las reformas se dividió el pasillo y en la actualidad una parte es usada en las visitas guiadas para entrar en la llamada "casa de Jakob Kaiser", edificio adyacente que alberga oficinas del parlamento.
Norman Foster dibujó numerosos esbozos del Bundesadler o "águila federal" que preside la sala de plenos, pues deseaba estilizar su figura.
[44] Al contrario de lo que mucha gente piensa a menudo, Adolf Hitler nunca dio ningún discurso en el edificio del Reichstag.