Otra particularidad notoria de la Iglesia ortodoxa Montenegrina, es que sus obispos, y algunos monjes, participaban activamente durante la guerra, cosa realmente extraña a la tradición bizantina de los pueblos vecinos.
San Pedro de Cetiña, era famoso por comandar personalmente su ejército durante las batallas.
Pero volviendo al tema de los argumentos históricos en el que se basa la erección legal y constitucional de la Iglesia ortodoxa de Montenegro, podemos encontrarlos claramente expuestos por el afamado erudito Valtazar Bogosic, en su libro (Pravni obicaji u Crnoj Gori, CANU, 1984, p. 238) en el cual sostiene que: “La Iglesia ortodoxa montenegrina es una eparquía independiente y autocéfala, la cual no tiene otro lazo legal con las otras Iglesias autocéfalas, excepto en la paz y el amor”, en la misma sintonía se expresaba el respetado historiador y canonista ortodoxo, Dr. Nikodin Milas en su libro Pravoslavno crkveno pravo (1890, Zadar, p. 137, 237) allí él se refiere al catálogo llamado Sintagma, el cual se trata de un listado en el que figuran todas las Iglesias Ortodoxas reconocidas de aquel tiempo.
En el Sintagma editado en Atenas en el año 1855, con la aprobación del Patriarcado de Constantinopla, la “Metrópolis Autocéfala de Montenegro (Autokefalna Mitropolija Crnogorska)” es listada en noveno lugar.
El último Metropolita de la Dinastía Petrovic, fue Vladika Petar II, quién gobernaría desde 1830 a 1851, con su muerte moriría también la última teocracia europea, a excepción obvia del Estado Vaticano.
Ese día, el Santo Sínodo se reunió en Cetiña y aceptó por unanimidad la siguiente propuesta: "La Santa Iglesia Ortodoxa Serbia independiente en Montenegro se unirá a la Iglesia Ortodoxa autocéfala en el Reino de Serbia".
Es en ese contexto político que desaparece de la historia la Iglesia ortodoxa montenegrina.
Su primer Metropolita fue Vladika Antonije (Antonio) quien asumiría sus funciones pastorales en la Iglesia Ortodoxa Montenegrina entre los años 1993 y 1996, Metropolita Antonije fue un monje montenegrino tonsurado en 1933 en el Monasterio de Decani (Kosovo) y el cual ejercería por muchos años su trabajo pastoral dentro de la Iglesia ortodoxa de Serbia, y luego, cuando debió emprender su camino al exilio en el año 1961, terminaría sirviendo en la Orthodox Church of America (O.C.A.)
-en Canadá-, país desde donde regresó a Montenegro para asumir la restauración de la Iglesia.
El Padre Mihailo sería tonsurado como monje y elevado al rango de Archimandrita por la Iglesia ortodoxa macedonia, en tanto que sería consagrado al Episcopado por 7 obispos del Patriarcado Búlgaro, quien en aquellos años se encontraba dividido en dos facciones.
En este contexto, Metropolita Mihailo, al cumplir el décimo aniversario de su entronización como cabeza de la Iglesia de Montenegro, procede a consagrar (31-10-2008) al episcopado, junto a Vladika Symeon (Minihofer) -antiguo miembro del Sínodo Griego Vetero calendarista de Kyprianos -, a Vladika Gervasio (Patarov), Obispo de Nevrokop, - del Sínodo Alternativo Búlgaro -, y a otro Obispo, al actual Vladika Gorazd, como Obispo para Argentina, donde existe una organizada comunidad ortodoxa montenegrina en la Provincia del Chaco.
Cabe mencionar que en los últimos tiempos, la Casa Real de Montenegro mantiene cordiales y estrechas relaciones con la Iglesia Ortodoxa Montenegrina y su Príncipe tiene en gran estima a Su Beatitud el Metropolita Mihailo.
En la diáspora, en cambio, se utiliza la lengua vernácula del país donde se asienta la comunidad, a fin de posibilitar a las nuevas generaciones, una mayor comprensión de la Liturgia.
En la actualidad la Iglesia de Montenegro no tiene relación canónica con la Iglesia ortodoxa de Serbia, en consecuencia, tampoco las tiene con los restantes Patriarcados que se solidarizan con el Patriarcado Serbio.