Durante su reinado, Montenegro se convirtió en un estado secular, un principado laico en lugar de un principado-obispado.
Su objetivo era convertir a Montenegro en un reino, pero no vivió lo suficiente para conseguirlo.
Esta victoria hizo que los grandes poderes reconocieran las fronteras entre Turquía y Montenegro.
Danilo I firmó con Rusia una alianza militar, pero su rica y educada esposa le llevó a establecer buenas relaciones con Francia, lo que fue visto por Rusia, Austria y Serbia como una traición a sus intereses.
Por su parte, Europa occidental tenía interés en reducir la influencia de Rusia en el sudeste del continente.
En 1855 organizó el primer censo y ordenó registrar a todos los montenegrinos, con el resultado de 80 000 personas, Danilo estableció un plan de impuestos que fue aceptado por todas las tribus excepto los Kuči.