Iglesia Arciprestal de Santa María del Salvador (Chinchilla de Montearagón)

Aunque en la actualidad este edificio presente un interior barroco, con yeserías superpuestas, su origen se remonta a los primeros años del siglo XIV, si bien las sucesivas reformas que ha sufrido, la han convertido en una amalgama de estilos, desde el gótico-mudéjar, hasta el neoclasicismo dieciochesco.A finales de esta centuria, rondando ya casi el siglo XVI, se produce la primera ampliación del edificio.Dicha portada, está presidida por la imagen titular, Santa María del Salvador, en el parteluz, flanqueada en las jambas por San Pedro y San Pablo, a su izquierda y derecha respectivamente.A los lados del Cristo, aparecen dos ménsulas, que soportaban dos conjuntos escultóricos: Jesús camino del Calvario y la Virgen de las Angustias, recogidos actualmente en el interior del templo, y parcialmente mutilados a causa de la guerra civil española de 1936, en que también fueron destruidos los retablos, imágenes, y otros valiosísimos objetos eclesiásticos.El ábside, que en palabras de Fernando Chueca-Goitia, es la obra más representativa del plateresco albaceteño, estuvo acabado en 1541.En 1717, se lleva a cabo la Santa Visita Apostólica, en la que el Cardenal Belluga encuentra de mucha fealdad que parte de la Iglesia se encuentre cubierta con bóveda, y el resto con artesonado, de manera que ordena recubrir todo el edificio con yeserías al gusto barroco, para darle uniformidad.Los restos del claustro han sido habilitados como sacristía, estando ubicado el Museo Parroquial en lo que fuera la antigua.La reja que cierra el presbiterio, colocada en tiempos antiguos para separar la parte principal del edificio del resto de la nave de la Iglesia, y que está cerrada con llave cuando no se está celebrando ningún acto litúrgico, fue forjada por Antón Viveros, en el año 1502, nada más terminar la de la Catedral de Murcia, que presenta múltiples analogías con la chinchillana, al haber compartido autor.Otras doce casas sobre el dintel de la puerta central, recuerdan a las doce tribus de Israel, quedando en un espacio más reducido, y mostrando la prevalencia del Nuevo Testamento sobre el Antiguo.Los dos pulpitillos, de la Epístola y el Evangelio, son posteriores a la ejecución del enrejado, y seguramente se colocan tras las reformas de Trento, en la segunda la mitad del siglo XVI.Del mismo modo, la vemos junto a dos ángeles, en el pasaje del sepulcro vacío, o arrodillada penitente junto a unas rocas, bajo la Cruz, en el ángulo superior derecho.En un segundo plano, aparecen dos pastores, sobre la tapia del establo, dando paso en último término a otro grupo más amplio con rebaño, sobre el que revolotea un ángel.La antigua sacristía poseía, además, una cajonera tallada en torno a la sala, y un retablo al fondo con una imagen de Cristo Crucificado, del siglo XVI.Esta pequeña imagen en terracota, del escultor murciano Francisco Salzillo, es la única que se conserva en esta iglesia, aunque existieron otras como un paso de la Oración en el Huerto o una Santa Lucía.Respecto a su procedencia, esta imagen perteneció al oratorio de don Nicolás Hortelano, sacerdote chinchillano asesinado en Madrid en 1936, el cual, donó a esta iglesia todo lo que le pertenecía y estaba en aquel recinto.De autor anónimo, se realiza sobre terciopelo blanco bordado en oro y sedas en los primeros años del siglo XVI.En la copa están representados cuatro reyes bíblicos; en el astil, cuatro niños con instrumentos musicales medievales; y en la base, se encuentran los bustos de San Pedro con San Pablo, Cristo, y la Santísima Virgen.Se ha venido utilizando para recibir al obispo en las Santas Visitas Apostólicas.
Vista lateral.
Interior del ábside.
Ábside plateresco.
Reja de Antón Viveros en la Capilla Mayor.
Noli me tangere, Maestro de Chinchilla.
San José, de Francisco Salzillo.
Cruz de los Reyes Católicos.