Helen Keller

[1]​ Su incapacidad para comunicarse desde temprana edad fue muy traumática para Helen y su familia, por lo que estuvo prácticamente incontrolable durante un tiempo.

[8]​ Su vida ha sido objeto de variadas representaciones artísticas, tanto en cine, teatro y televisión, destacándose particularmente The Miracle Worker.

[11]​ Sin embargo, su padre, a causa de la emoción, olvidó parte del nombre en el trayecto hacia la iglesia y fue finalmente inscrita como Helen Adams.

[12]​ Su padre, Arthur H. Keller (1836-1896),[13]​ era propietario del periódico Tuscumbia North Alabamian desde 1870 y había servido como capitán en el ejército confederado.

Su abuelo materno, Charles W. Adams (1817-1878), originario de Massachusetts y descendiente del segundo presidente estadounidense John Adams,[19]​ también luchó para el ejército confederado durante la guerra civil estadounidense, donde obtuvo el grado de coronel y ejerció como brigadier-general.

[22]​ Tenía una excelente visión, a tal punto que era capaz de distinguir fácilmente un alfiler caído en el suelo.

[7]​ Sin embargo, la enfermedad dejó secuelas importantes a su paso: la pérdida total de la audición y la visión.

[2]​ Él les recomendó a Alexander Graham Bell, que estaba trabajando con niños sordos en Washington.

Bell, por su parte, los derivó al Instituto Perkins para Ciegos, una escuela en el sur de Boston donde Bridgman había sido educada.

[2]​ Fue por esa época cuando comenzó a percibir ideas abstractas al comprender que la palabra también podía designar un sentimiento.

Luego de lograr un deletreo fluido, Sullivan le proporcionó pequeños cartones con letras en relieve con los que ordenaba palabras y formaba oraciones cortas.

Esto constituía una frase, y asociaba en mi mente las ideas de las cosas expresadas por las palabras con el acto complejo que en conjunto revelaban».

Estaba tan fascinada con la lectura que por las noches solía tomar libros escritos en braille para leerlos bajo las sábanas de su cama.

[32]​ Fuller le proporcionó once lecciones,[16]​ utilizando un método llamado Tadoma desarrollado a partir de Graham Bell, en el cual presionaba sus dedos sobre la garganta del aprendiz y emitía un sonido, mientras que este sentía la posición y forma que la lengua de Fuller tomaba al hablar para luego imitarla.

[16]​ En 1891, se produjo un incidente que llevó al deterioro de la relación entre Keller y los directivos del centro Perkins.

La acusación de plagio fue muy hiriente para Helen y su maestra Anne, por lo que en 1892 abandonaron el instituto Perkins.

[37]​ En la universidad, Helen se enfrentó a nuevos retos: sus manuales de capacitación debieron ser impresos en braille y las clases estaban repletas de gente, aunque los profesores mantuvieron una atención especial para con ella, especialmente con las asignaturas con las que tenía mayor dificultad, álgebra y geometría.

[37]​ Posteriormente, se relaciona con movimientos socialistas femeninos y el apoyo a las causas de Emmeline Pankhurst.

Su autobiografía, La historia de mi vida, fue publicada por primera vez en el Ladies' Home Journal[41]​ y en 1903, fue editada en formato libro.

[37]​ Los periodistas en este sentido señalaron que Keller no podía analizar objetivamente la política como consecuencia de su discapacidad.

[41]​ Al finalizar la universidad, Keller, Sullivan y Macy se trasladaron a una nueva vivienda en Forest Hills, donde escribió varios libros: El mundo en el que vivo, Canción del muro de piedra y Fuera de la oscuridad.

[42]​ Paralelamente, mantuvo una correspondencia asidua con el filósofo y pedagogo austríaco Wilhelm Jerusalem, que fue uno de los primeros en descubrir su talento literario.

[47]​ Durante la Primera Guerra Mundial, Keller se opuso al ingreso de Estados Unidos al conflicto bélico y cofundó junto a George Kessler la organización Helen Keller International, dedicada a realizar investigaciones sobre la visión, la salud y la nutrición.

Anne Sullivan, su compañera durante 49 años, murió en 1936 después de un período en coma, con Keller sosteniéndole la mano a su lado.

[7]​ Su muerte significó una pérdida severa para Keller,[26]​ quien en 1929 había escrito: «Ofrezco una súplica temblorosa al Señor, porque si ella se va, voy a quedar realmente ciega y sorda».

[7]​ En 1965, fue incluida en el National Women's Hall of Fame durante la Feria Mundial de Nueva York.

[43]​ Otros críticos se sorprendieron al hallar en sus relatos las expresiones «vi» y «escuché» —que emplea usualmente para simplificar el texto—.

En palabras de un periodista del The Journal of Southern History, «Alabama la considera [a Keller] como propia».

Apareció como ella misma en la película muda Deliverance (1919), que narró su historia en un estilo alegórico melodramático.

[86]​ La misma fue adaptada al cine por Daniel Petrie en 1998, con la protagonización de Moira Kelly y Roma Downey respectivamente.

«Ivy Green», la casona construida por el abuelo de Keller en 1820
Helen Keller a la edad de 7 años
Helen Keller junto a Anne Sullivan en 1888.
Helen Keller en el momento de su graduación, en 1904.
Helen Keller, c. 1912.
Helen Keller, c. 1920.
Helen Keller leyendo labios (enero de 1926)
Helen Keller junto a la actriz Patty Duke en 1961.
Moneda de cuarto de dólar correspondiente al estado de Alabama . Su reverso muestra la figura de Hellen Keller con su nombre en Braille reducido.
Estatua de Keller en el Capitolio de Estados Unidos