Hedonismo

[15]​[16]​ Esto generalmente se entiende en combinación con el egoísmo, es decir, que cada persona solo apunta a su propia felicidad.Las creencias falsas pueden engañarnos y, por lo tanto, nuestras acciones pueden fallar a resultar en placer, pero incluso las acciones fallidas están motivadas por consideraciones de placer, según el hedonismo psicológico.Estos contraejemplos incluyen motivos egoístas para cosas distintas del placer, como la salud, la superación personal o la fama después de la muerte, y motivos altruistas, como querer que el propio hijo sea feliz, sacrificarse por una causa mayor o defender la justicia a pesar de desventajas personales.Como tal, se necesitarían pruebas empíricas contundentes para confirmarlo, el solo hecho de poder contar un relato plausible no es suficiente.[2]​[16]​ Es diferente del hedonismo psicológico, ya que prescribe nuestro comportamiento en lugar de describirlo.En sentido estricto, el hedonismo ético es una forma de consecuencialismo, ya que determina si una acción es correcta basada en sus consecuencias, que se miden aquí en términos de placer y dolor.Según la versión egoísta, cada agente solo debe aspirar a maximizar su propio placer.[3]​[27]​ Esta suma total incluye también el placer del agente, pero solo como un factor entre muchos.[3]​[15]​[16]​ La mayoría de las objeciones pueden dividirse a grandes rasgos en dos tipos: (1) objeciones a la afirmación de que el placer es una condición suficiente del valor intrínseco o que todo placer es intrínsecamente valioso; (2) objeciones a la afirmación de que el placer es una condición necesaria del valor intrínseco o que no hay cosas intrínsecamente valiosas aparte del placer.[2]​ Se han propuesto varios experimentos de pensamiento para la segunda categoría, es decir, que hay cosas intrínsecamente valiosas además del placer.[2]​[3]​[39]​ Nozick nos pregunta si aceptaríamos ser transportados permanentemente a una realidad simulada más placentera que la vida real.[3]​[40]​ Otra objeción dentro de esta categoría es que muchas cosas además del placer nos parecen valiosas, como la virtud, la belleza, el conocimiento o la justicia.[47]​ Otra cuestión para los hedonistas estéticos es cómo explicar la relación entre la belleza y el placer.[49]​ Pero la belleza puede involucrar placer mixto, por ejemplo, en el caso de una historia bellamente trágica, razón por la cual el placer mixto generalmente se permite en las concepciones hedonistas estéticas de la belleza.[47]​[53]​ Por ejemplo, la alegría de mirar un hermoso paisaje aún sería valiosa si resultara que esta experiencia fue una ilusión, lo que no sería cierto si esta alegría se debiera a ver el paisaje como una valiosa oportunidad inmobiliaria.Por lo que se refiere al hedonismo psicológico, son varias las doctrinas existentes según la determinación temporal del placer.Teniendo en cuenta la afirmación anterior se pone en cuestión la manera en la que experimentamos realmente el placer y la alegría.Y así nos hace entender que llegamos a encontrar el placer cuando dejamos de buscarlo.El placer se encuentra asociado con la tranquilidad, por lo que está relacionado con la ataraxia, o la capacidad de controlarse uno mismo y aceptar los problemas naturales fuera de nuestro control, como lo es la muerte.Así mismo, afirmaba que a veces por tener placeres momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior.La disposición que tengamos hacia cada uno de estos casos determina nuestra aptitud para ser felices o no.Epicuro formuló algunas recomendaciones con respecto a estas categorías: La filosofía epicúrea ganó un gran número de adeptos.Sin embargo, hoy existen remanentes de esta doctrina que han sido compilados y difundidos por el mundo.Una forma extrema de hedonismo que considera la restricción moral y sexual como innecesaria o perjudicial.[57]​ Otra figura destacable en defensa de este planteamiento hedonista es la escritora Valérie Tasso.Su manifiesto The Hedonistic Imperative describe cómo las tecnologías como la ingeniería genética, la nanotecnología, la farmacología y la neurocirugía podrían converger para eliminar todas las formas de experiencias desagradables entre los animales humanos y no humanos, reemplazando el sufrimiento con gradientes de bienestar, un proyecto al que se refiere como "ingeniería del paraíso".[59]​[60]​ La fe católica se opone a las formas más sensuales del hedonismo, considerando que minan los valores y las virtudes del eudemonismo espiritual, en el cual el cristianismo frecuentemente ha fundado su moral.El filósofo británico G. E. Moore dedica gran parte de su libro Principia Ethica (1903) a la refutación del hedonismo.La «vida comprometida» está basada en gratificaciones que no pueden ser adquiridas por atajos, como aprender un oficio, o un deporte; se busca el «flujo», que se basa en lograr un equilibrio entre el reto y las habilidades.Aunque se advierte que algunas partes de las teorías hedonistas puedan ser morales y no precisamente abordan un tema objetivo.
Aristipo de Cirene
Aristipo de Cirene , uno de los primeros defensores del hedonismo ético