Los griegos en la Galia prerromana tienen un significativo historial de asentamientos, comercio, influencia cultural y conflictos armados en el entonces territorio céltico de la Galia (hoy Francia), que comienza a partir del siglo VI a. C., durante el período arcaico griego.
[7] Sin embargo se piensa que los contactos griegos pudieron haber comenzado incluso antes, cuando comerciantes jónicos viajaban por el Mediterráneo occidental y España, pero existen muy pocos restos de esa época anterior.
[9] Desde Masalia, los griegos fundaron también más ciudades foceas en el noreste de España, como las ya citadas Emporiae y Rhoda.
[11] Sin embargo, la idea de un imperio masalio ya no es creíble a la luz de las recientes evidencias arqueológicas, que muestran que Masalia nunca tuvo una chora muy grande (territorio agrícola bajo su control directo).
Los galos locales no eran filohelenos que querían imitar la cultura griega, si no pueblos que consumían selectivamente un rango muy limitado de objetos griegos (principalmente cerámicas para el vino y otras bebidas) que incorporaron en sus propias prácticas culturales de acuerdo con sus propios sistemas de valores.
[2] Massalia comerció al menos tan lejos como Gades y Tartessus, en la costa occidental de la península ibérica, tal como se describe en el Periplo massaliota, aunque este comercio fue bloqueado probablemente por los cartagineses en las columnas de Hércules después del 500 a. C.[19][20] La ciudad madre de las colonias, Focea, fue destruida finalmente por los persas en 545 a C., reforzando aún más el éxodo de los focenses a sus asentamientos del Mediterráneo occidental.
[2] La colonia griega de Massalia se mantuvo activa en los siglos siguientes.
[27] Hacia el siglo II a. C., el carro griego era únicamente representado por una rueda simbólica.