[3] Era la tía y socia comercial de Joao Micas, conocido como Joseph Nasí, una figura con un papel destacado en la política del Imperio Otomano.
Una vez en Amberes estos realizaban una ruta financiada por la propia Beatriz de Luna que los llevaba por los Alpes hasta Venecia.
Desde la ciudad italiana eran transportados en otro barco hasta Grecia y al este de Turquía, bajo dominio del Imperio Otomano.
[2] En 1544 huyó de Amberes para instalarse en Venecia, donde se les ofreció un lugar seguro donde vivir y donde los judíos conversos pudieron realizar sus negocios.
Tras un acuerdo alcanzado en 1552, ratificado ante el senado, Gracia entregó cien mil ducados al tesoro público veneciano en custodia y una dote hasta que la hija de Brianda cumpliese quince años.
Entre las medidas que toma, una fue acordar el matrimonio de su hija con Joseph Nasí, su sobrino político y socio comercial.
La sinagoga Senyora o Senora Shul, en el distrito Kemaralti en Esmirna, lleva su sobrenombre, la Señora.
Ante la duración del embargo hubo un intercambio de cartas entre el papa Pío V y Gracia Nasí.
[8][9][10] La empresa llevada a cabo por Gracia Nasi está considerada como uno de los precedentes o primeros intentos del movimiento sionista moderno.
En sus últimos años de vida obtuvo el permiso para trasladar el cuerpo del que fuera su marido, Francisco Mendes, para ser enterrado en Palestina.
En tiempos más modernos su figura ha sido rescatada, tomando una relevancia destacada en diferentes países.
En Tiberíades se encuentra el Dona Gracia Museum que recoge los diferentes aspectos de su obra y su vida.
Los descendientes de los conversos judíos salvados por la red creada por Gracia Nasi a lo largo del siglo XVI, mantienen viva su memoria en países como Italia, América Central, del Sur o Estados Unidos.