Germán Bernácer

En 1911 solicitó a la Junta para Ampliación de Estudios una beca que le permitió durante ocho meses investigar y estudiar en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia, permitiéndole conocer cómo se impartían las materias de su cátedra en los más modernos sistemas educativos europeos, así como analizar las estructutas en el ámbito económico y administrativo de las grandes empresas.[1]​ Descubrió las grandes mejoras que estaba generando el desarrollo industrial, así como algunos de sus aspectos negativos, especialmente los problemas sociales.Y todo ello le sirvió para confirmar que junto a la tecnología, el motor del desarrollo social de la humanidad era la economía.Un año después, coincidiendo con el advenimiento de la II República Española, se traslada a Madrid al ser designado jefe del citado Servicio.A partir de este momento se intensificaron sus relaciones con las más relevantes personalidades en la historia del pensamiento económico.Desde niño mostró un incansable espíritu de observación, tanto hacia los fenómenos naturales como a las actividades humanas, su hermano Julio, en la obra Infantilia narra lo que parecía que iba a ser desde niño una constante en Germán: el sentido del estudio y de la observación y su vocación por la docencia manifestadas de forma precoz: "Siendo todavía muy niño, mi hermano, desde la azotea, iba nombrando las diversas constelaciones aprendidas en un planisferio celeste”.A la sazón ya había aprendido francés, alemán, italiano e inglés, lo que le permitiría leer en su idioma original los libros y revistas que con gran esfuerzo se hacía enviar del extranjero y, más tarde, escribir artículos con destino a revistas de diversos países.En su petición indicaba literalmente como objeto del viaje: “ensanchar los conocimientos científicos del profesorado de la más elevada investigación, romper, por decirlo así, el caparazón de nuestra limitada cultura nacional para hacerla ascender a las superiores regiones en que luchan las primeras cruzadas del ejército de la ciencia...”; y añadía: “Hoy no hay fronteras para las ideas, y menos para las científicas...” Esta experiencia fue determinante para su dedicación a la ciencia económica.Con ese motivo fue Bernácer a Madrid y tomó contacto con el hermano del filósofo, dio una memorable conferencia sobre «La peseta enferma» y esto influyó sin duda en la nueva trayectoria de su vida pues al poco tiempo le llamó el Banco de España para crear y dirigir su Servicio de Estudios.Consideró necesario, según sus propias palabras, “la consecución del bienestar material, pero no como un fin en sí mismo, sino como un peldaño hacia la felicidad, que es un fin moral...” La dedicación científica a la economía no le hizo descuidar la firmeza de sus juicios morales, cualidad que reforzó su amistad con el escritor Gabriel Miró, quien también mantuvo una gran exigencia ética.Para la reunión con Schacht en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas se habían escogido a diez o doce personalidades españolas.Cuando Schacht, por razones de oportunismo político, quiso destacar las excelencias del patrón oro, combatió Bernácer con sólidos argumentos la vuelta a este patrón, haciendo comprender que Alemania había salido de la depresión mundial gracias a una política expansiva cuya realización habría sido imposible con el patrón oro que el economista alemán defendía.Posteriormente vino a Madrid el austriaco Gottfried Haberler, de la Universidad de Harvard, autor del libro Prosperidad y depresión en cuyo prólogo hace elogios al economista español y lo invitó a escribir un trabajo importante sobre sus teorías para publicarlo en EE.En una nueva visita, Haberler, objetaba algunos conceptos de Bernácer que estimaba no ser adecuados para el público americano, y lo invitaba a introducir algunos cambios.Esto no fue aceptado por Bernácer que decidió entonces publicar el trabajo en la revista Kyklos de Suiza, en inglés.Desgraciadamente Bernácer murió sin haber podido publicar sus obras más notables en los EE.Bernácer además mantuvo intercambio de correspondencia sobre temas doctrinales con el economista austriaco Friedrich Hayek (más tarde premio Nobel de economía), quien lo visitó en Madrid en varias ocasiones, exponiendo posteriormente en Cambridge y más tarde en EE.Desde los mercantilistas del siglo XVI, hasta Bernácer, España no había dado un gran teórico de la economía.El Premio Nobel de Economía fue instituido en 1969, cuando Germán Bernácer ya había fallecido.El primero fue concedido a Ragnar Frisch y Jan Tinbergen por el desarrollo y aplicación de modelos dinámicos al análisis de los procesos económicos, teorías que con admirable anticipación desarrolló Bernácer.Bernácer empleó el término ‘disponibilidades’ o ‘fondos disponibles’ para referirse a estas dos últimas categorías.Bernácer fue probablemente el primero en introducir este importante concepto, que posteriormente sería conocido como ‘cash-in-advance constraint’, en los modelos económicos desarrollados en la década de los 60.En el que concluye que esta nueva modalidad de comercio internacional ya se había ensayado con anterioridad en la forma de las uniones aduaneras del librecambismo, suprimiendo las aduanas interiores y manteniendo los aranceles de importación, y comparándolo con la idea naciente del Mercado Común Europeo, la única diferencia entre aquellas y ésta estaba en aquellas solía preceder la unidad política a la económica, pero el éxito del Benelux, afianzó la nueva idea.Consideró que antes del desarrollo de los medios financieros en el siglo XVIII, las crisis tal como las conocemos hoy en día, eran un fenómeno desconocido, existían crisis agrarias, pero de una naturaleza y efectos muy diferentes a las actuales.Nunca hizo referencia alguna a la conveniencia de una moneda única, que todavía no había sido establecida.La tesis fue publicada unos años más tarde por la Editorial Dalloz (París, 1975), bajo el título G. Bernácer.Polémica Keynes-Bernácer, del profesor José Villacís (Editorial Paraninfo, 1993; de esta obra se ha realizado recientemente una traducción al inglés prologada por el economista y premio Nobel Samuelson.).Bernácer había indicado, al leer en 1931 dicha obra, que ésta contenía una ecuación equivalente a la publicada por él en su artículo de 1922.Prados apreció la teoría monetaria de Bernácer, opinión que según él, también compartían los economistas François Perroux y Jacques Rueff.Fue Prados Arrarte quien presentó, durante un congreso bancario en Granada, en 1954, Dennis Robertson a Germán Bernácer.
Germán Bernácer Tormo
Germán Bernácer en el Laboratorio de Física de Alicante
Germán Bernácer con Óscar Esplá y Agustín Irizar en 1918.
Germán Bernácer Tormo junto a su mujer, María Guardiola Costa, y Óscar Esplá en la Sierra de Aitana (Alicante) ca. 1950.
Bernácer en su despacho de la Playa de San Juan (Alicante)
Sesión del Consejo del Banco de España sobre la estabilización de la peseta
Bernácer con los matemáticos Julio Rey Pastor y José Gallego Díaz
Germán Bernácer Tormo en la sierra de Aitana donde desarrolló la Teoría de las Disponibilidades
La Teoría de las Disponibilidades, una de las obras claves de Germán Bernácer
Artículo de Robertson «Spanish Contribution to the Theory of Fluctuations»
Enrique Martínez García (Reserva Federal USA) y Antonio Lacea Flores de Lemus (Comunidad Europea) en la presentación de la reedición de 'Functional Doctrine of Money' en 2009 en Washington
Germán Bernácer en el despacho de su casa en Madrid
Masía Clot del Pi, frente a Guadalest en Alicante donde Germán Bernácer pasaba pequeñas temporadas
Casa de la Playa de San Juan (Alicante) donde Bernácer hizo gran parte de su trabajo