Hubo ya un genocidio en el Congo durante la colonización belga causado por el afán de enriquecerse a toda costa del rey Leopoldo II, que explotaba, en condiciones infrahumanas, a los nativos en plantaciones de caucho, minas y otros negocios, genocidio que fue denunciado entre otros por el periodista Edmund Dene Morel, el diplomático Roger Casement y el escritor Joseph Conrad y que causó unos diez millones de muertos, el cuarenta por ciento de su población, dejando además muchas personas mutiladas.
Las autoridades zairotas trataron, no sin esfuerzo, de desarmarlos una vez hubieron cruzado la frontera.
Estos fugitivos se reagruparon en campos de refugiados al este del Congo.
Entre estas circunstancias hay que señalar: La primera guerra panafricana había empezado.
La misión de la MONUC se hace cada vez más complicada a causa de los distintos escándalos en los que se ve envuelta (corrupción, mercado negro, escándalos sexuales...).
Esta situación es la consecuencia del encadenamiento de varios factores originadas en la época colonial.
[2] Esta iniciativa desestabilizadora, iniciada por los grupos de presión tutsis (minoritarios en Ruanda) organizados en el seno del Frente Patriótico Ruandés (FPR), apoyados y equipados por la administración Clinton y el aparato militar estadounidense, persigue un doble objetivo: imponer el liderazgo político tutsi en África Central, y ampliar las fronteras de Ruanda a los territorios del Kivu del Sur y Kivu del Norte, para desenclavar un territorio demasiado exiguo, bajo una enorme presión demográfica, y acceder a ricos recursos naturales, de los que Ruanda estaba desprovista.
El derecho francés califica de genocidio los actos cometidos con intención de destruir en todo o en parte como tal a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Según ese mismo informe, y el de Human Rights Watch (HRW, informe anual 2005), el número de civiles congoleños muertos directa o indirectamente, en el marco del conflicto desde 1996 hasta 2005 hay que situarlo en unos 4.000.000.
El IRC desarrolló tres estudios acerca de la mortalidad en la República Democrática del Congo entre 1998 y 2002.
El acceso a los servicios sanitarios es precario, tanto en las ciudades como en las zonas rurales.
La infraestructura sanitaria de la República Democrática del Congo se ha desmoronado por completo.
Muchos declararon haberse enrolado tras la muerte o desplazamiento de sus familias.
Las chicas son violadas o explotadas sexualmente por los comandantes y otros soldados adultos de modo habitual.
Además, los niños soldados son obligados a perpetrar graves atentados contra los derechos humanos, en especial violaciones y asesinatos contra soldados enemigos y civiles.
Para los que sobreviven a esta existencia en el seno de las fuerzas armadas, el sentimiento de pérdida y el trauma generado por los actos de los que son testigos o que ellos mismos han cometido tienen efectos gravísimos y perdurables sobre su salud física y mental.
[6] Effacer le tableau ("borrar el tablero") es el nombre operativo dado al exterminio sistemático de los pigmeos de Bambuti por las fuerzas rebeldes en la República Democrática del Congo (RDC).