Gabriel Flores

[2]​ Gabriel cursó sus estudios de primaria en la escuela Manuel M. Diéguez, anexa a la Normal, y realizó sus primeros estudios de pintura con los pintores José Vizcarra, Mario Medina, Rubén Mora Gálvez y Jorge Martínez.En 1951 presentó su primera exposición en la Biblioteca Benjamín Franklin de Guadalajara, exhibiendo cristos y otros temas, por lo que fue elogiado como gran dibujante.En 1952, Gabriel abandonó Guadalajara y se marchó a la Ciudad de México por un corto tiempo.Fue una expresión que se desprendía de los inicios del muralismo, pero estos artistas le dieron una imagen propia.La siguiente obra del pintor, en 1962, fue un mural transportable con el título La guerra y la paz elaborado originalmente para la oficina matriz del Banco de Zamora, hoy BBVA Bancomer, y trasladado más tarde a la sucursal de esa institución en Guadalajara.Quizá por eso quedó insatisfecho con este mural que realizó en el Palacio Municipal de Guadalajara, pues decía que si pudiera tapar alguno de sus trabajo, elegiría ese, porque no le gustaba.Lo hizo con cierta premura, porque en ese tiempo lo invitaron a exponer en Europa y no quedó conforme con su trabajo.[2]​ En 1963 pinta un pequeño mural en el edificio de la maternidad Esperanza López Mateos, que representa un parto indígena.En 1969, para la empresa tequilera Casa Sauza pintó Tahona y fiesta, acrílico en el cual vemos a los obreros elaborar la bebida espirituosa y a un Baco en el triunfo al final de una procesión en que, con acompañamiento musical, danzan celebrando una bacanal.Cierra este periodo muralístico con Mitología e historia del Tequila, realizado para la misma empresa.[6]​ En 1982 pintó en las instalaciones del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) una fantasía infantil.[4]​ Gabriel realizó dos murales que durante muchos años fue como si no existieran, han sido muy desafortunados desde su creación.La técnica del acrílico consiste en mezclar las tierras de colores naturales con un medio plástico que se aglutina con agua; una vez aplicado al muro o a la tela, da una apariencia muy lisa y suave y se alcanza a percibir la consistencia del plástico.Es muy resistente, se seca rápido y permite varias capas de pintura o una sola.En 1962 recibió el Premio Jalisco a las Artes Plásticas y con ello se reconoció su destacada labor, sobre todo en su obra mural; obtuvo la medalla José Clemente Orozco otorgada por el Gobierno del Estado de Jalisco.El sitio exacto de la estatua es sobre la calle Liceo, casi esquina con la calle Independencia, [11]​ flanqueada por las esfinges del arquitecto Luis Barragán Morfín y el compositor Clemente Aguirre.Aficionado a la fotografía en blanco y negro, la pesca, la naturaleza, la carpintería y la literatura (al grado de que podía pasar 12 horas seguidas leyendo un libro), el maestro Flores se caracterizó por ser un apasionado en todo lo que hacía.Por su profunda simpatía al socialismo le preocupaban los problemas sociales, aspecto que lo hizo parecer pesimista y hasta sufrido, "pero una vez que plasmaba sus preocupaciones en su arte, eso desaparecía, porque en realidad era alegre y bromista.Al contrario, siempre estaba haciendo algo y decía que le faltaban horas para realizar sus proyectos.Cuando no estaba pintando le gustaba leer, la jardinería o construir muebles para su estudio.Su habilidad para el dibujo le dio la posibilidad de optimizar los espacio e imprimir un sello personal y novedoso a su trabajo.Además, señaló, en la obra de Gabriel Flores se pueden identificar dos pilares fundamentales "El Quijote" y "Jesucristo", siempre al lado de escenas que abordaban, entre otros temas, las causas sociales, ya que el artista siempre mostró un gran interés y compromiso por estas.