Palacio Municipal de Guadalajara

El tribunal se mudó a la casa consistorial, necesitando la construcción de una nueva.

[2]​ No fue hasta 1948 que se le dio una sede definitiva para el ayuntamiento.

En su estilo se emplearon formas clásicas, empleadas continuamente por Mendiola, renunciando a la corriente funcionalista que estaba de moda en aquellos tiempos en la arquitectura mexicana,[3]​ por ejemplo los arcos de medio punto con columnas dóricas.

Se buscó una fachada para armonizar el edificio con la arquitectura del centro histórico, creando un pórtico que cuenta con once arcos en cada lado y en la parte central el escudo de armas de la ciudad.

[4]​[5]​ Sin embargo, las obras artísticas que más resaltan son los cinco murales creados por el pintor Gabriel Flores en 1964 ubicadas en los paneles del cubo de la escalera del edificio que cuentan una reseña histórica de Nueva Galicia.