«Cuando terminé me senté y un hombre que parecía un oso polar cruzó todo el salón y me levantó a un metro del suelo para abrazarme; se llamaba Volodia Teitelboim».
Los domingos hacía un programa en la radio Agricultura que se llamaba Antena Literaria, nada original [...] Mi pasión por el periodismo, mi vocación pedagógica y mi interés por la poesía y la literatura, se juntó y armó una nueva profesión, por lo que empecé a impartir clases en distintas universidades».
[2] Durante el Gobierno de Salvador Allende, fue nombrado asesor en la editorial Quimantú, por lo que debía hacer frecuentes viajes a Santiago desde el pueblo de Mortandad, en cuya escuela enseñaba.
Escribió desde el primer número en la revista Orfeo, fundada por Jorge Teillier en 1963.
Sus poemas se han traducido a otros idiomas; en Alemania apareció una antología bilingüe suya.
[2] En 2011, gracias al Consejo de la Cultura, viajó a conocer su pueblo natal.