A diferencia de los territorios occidentales, que jurídicamente dependían del Reino de Francia y eran conocidos como Flandes real, estos territorios formaban parte del Sacro Imperio Romano Germánico según la división del Tratado de Mersen.Al norte, abarcaba varias islas en Zelanda (llamadas Flandes zelandés) que formaban el Quatre-Métiers o Vier Ambachten.[5] Los territorios imperiales así reunidos pasaron por diversos periodos de independencia.Balduino V dividió el territorio entre sus hijos, Balduino VI y Roberto el Frisón, con la mayor parte del Flandes imperial en manos del segundo.Roberto apoyó en represalia a la ciudad de Cambrai contra el emperador y en 1102 se llegó a una paz en la que el conde de Flandes rindió homenaje feudal por sus territorios imperiales.Su hijo Balduino VII de Flandes también se destacó por marchar a las cruzadas, donde murió.Su muerte dejó como heredero al conde de Amiens, Carlos el Bueno.Consiguió detener la piratería de las costas flamencas derrotando al conde Florencio III de Holanda en 1163 que había ocupado Waes en el Flandes imperial.Tutelada por Bouchard de Avesnes, con quien se terminaría casando, reclamó el condado en oposición a los franceses.