Fantastic (revista)

White trabajó duro para transformar a la revista en una publicación exitosa; así, introdujo obras de arte provenientes de artistas que se habían hecho un nombre en los cómics y trabajó con nuevos autores tales como Gordon Eklund.

La circulación continuó disminuyendo y en 1978 Cohen vendió la mitad de su participación en la revista a su socio Arthur Bernhard.

En 1938, Ziff-Davis —una editorial con sede en Chicago que buscaba expandirse en el mercado de las revistas pulp, adquirió Amazing Stories.

[4]​[5]​ Ziff-Davis acordó respaldar a la nueva revista, y Browne armó un ejemplar de muestra; sin embargo, cuando estalló la guerra de Corea, Ziff-Davis decidió recortar sus presupuestos y el proyecto se abandonó.

Browne anhelaba separar Fantastic de Amazing, pero descubrió que tenía que imprimir más ciencia ficción y menos fantasía para atraer más lectores hacia la revista hermana de Amazing.

Cohen contrató a Herb Lehrman para ayudar con las otras revistas.

Cohen conocía a Malzberg desde su trabajo en la Agencia Literaria Scott Meredith, y creyó que este sería más cooperativo que Harrison; sin embargo, este también estuvo poco dispuesto a trabajar con Cohen si las reimpresiones continuaban, por lo que pronto se arrepintió de asumir el puesto de editor.

[17]​ Cohen fue capaz de persuadir su permanencia por un año más, aunque White se quedó por otros tres.

[16]​ White no pudo frenar del todo la caída en la circulación, a pesar de que esta aumentó levemente en 1977; ese año, Cohen perdió $15 000 dólares en ambas revistas, y decidió venderlas.

White afirmó Bernhard le había solicitado aquello, aunque este último lo negó.

[18]​ Al asumir el cargo sugirió una campaña con el fin de aumentar la circulación, y en un viaje que realizó a Nueva York en 1979, averiguó información relativa a los costos potenciales.

La circulación continuó bajando, y aunque las cifras de los últimos dos años se desconocen, el historiador de ciencia ficción Mike Ashley estima que Fantastic tenía un tiraje menor a 13 000 unidades.

La portada —que elaboraron Barye Phillips y Leo Summers— ilustró a The Opal Necklace de Kris Neville.

La contraportada reprodujo la pintura Danger on the Stairs de Pierre Roy, que representa una serpiente sobre una escalera; esta fue una elección extraña, pero las contraportadas posteriores tendieron a ajustarse más naturalmente a una revista de fantasía.

[24]​ Otros escritores bien conocidos aparecieron en las primeras ediciones, entre los que se incluyeron Shirley Jackson, B. Traven, Truman Capote y Evelyn Waugh.

Tras esto, Browne desechó prácticamente todo el texto y escribió una nueva historia que tituló The Veiled Woman, y que luego publicó como escrita por Spillane en la edición de noviembre-diciembre de 1952, el número tuvo ventas auspiciosas, por lo que fue reimpresa; el total de copias vendidas sobrepasó las 300 000.

[7]​ Algunas historias de ciencia ficción aparecieron durante los primeros años, incluidos Sally de Isaac Asimov, que retrataba un mundo en el que los automóviles tenían cerebros robóticos y eran inteligentes.

La nueva publicación duró tres ediciones trimestrales desde febrero de 1957, pero fue poco exitosa en un mercado altamente competitivo.

Los escritores nóveles cuyas primeras historias aparecieron en Fantastic durante este período fueron Phyllis Gotlieb, Larry Eisenberg, Ursula K. Le Guin, Thomas M. Disch y Piers Anthony.

Esto ayudó a fortalecer al naciente subgénero de espada y brujería.

Escritores como Ursula K. Le Guin, Roger Zelazny y Thomas M. Disch le vendieron regularmente historias durante el comienzo de sus carreras;[7]​ Le Guin comentó posteriormente que Goldsmith tuvo «más emprendimiento y visión que cualquier otro editor de revistas de ciencia ficción jamás tuvo» ".

Wrzos también reimprimió The People of the Black Circle en 1967, una historia de Robert E. Howard perteneciente a Weird Tales, cuando las historias de Conan el Bárbaro eran cada vez más populares.

Wrzos comentó años más tarde «(..) nunca le perdonaré [a Cohen] su timidez en ese momento».

Cuando Malzberg relevó a Harrison publicó a John Sladek, Thomas M. Disch y James Sallis, quienes pertenecían al New Wave de la ciencia ficción, pero su mandato fue muy corto como para tener un impacto significativo en la revista.

La mayoría de las historias solo se remitían a White una vez que los mercados mejor remunerados las rechazaban, aunque entre los éstos White pudo en algunas ocasiones ser capaz de encontrar material experimental que le gustaba.

White quiso introducir artistas consagrados en otros campos ajenos a la ciencia ficción tales como Jeff Jones, Vaughn Bodé y Steve Hickman; sin embargo, la empresa tenía que lidiar con obras de arte baratas que se adquirían de revistas europeas para utilizarse en las portadas, y se le instruyó para hacer uso una de ellas.

[15]​ Comisionó una tira cómica a Vaughn Bode, pero Judy-Lynn Benjamin de Galaxy realizó una mejor oferta; posteriormente les dijo a sus lectores que había firmado nuevamente con Bodé para las ilustraciones interiores, pero esto nunca se materializó.

[15]​ Eventualmente, se le permitió a White comisionar una portada de arte original; así, publicó los primeros trabajos de Mike Hinge, y Mike Kaluta hizo su primera venta profesional Fantastic.

[18]​ La siguiente lista muestra las personas que ocuparon el cargo de editor.

En algunos casos, como a comienzos del período de Cele Goldsmith, el editor oficial no fue la misma persona, que se detallan más arriba.

Circulación y sell through (porcentaje de impresos vendidos) para Fantastic .
Portada del primer número, por Barye Phillips y Leo Summers .
Segunda portada dedicada al género de fantasía en octubre de 1956, por Ed Valigursky .