Estauracio (eunuco)
Su propia posición quedó luego amenazada por el ascenso de otro poderoso eunuco, Aecio.Los generales, fervorosamente leales a la dinastía isauria y a su acentuada iconoclasia, podían amenazar su posición; en efecto, pocas semanas después de la muerte de León IV, Irene tuvo que sofocar una revuelta palaciega que pretendía colocar al hermano del difunto, el césar Nicéforo, en el trono.La deserción fue un grave revés para los bizantinos que, en aquel momento, casi habían conseguido cercar al ejército invasor del futuro califa Harún al-Rashid (786-809).Al punto, Tatzates y sus hombres se pasaron abiertamente a las filas del califa.[1][5][6] El año siguiente, Estauracio dirigió una expedición imperial contra las comunidades eslavas (esclavenos) de Grecia.[7] Esta expedición restauró parcialmente la autoridad bizantina en la región, realizó saqueos y exigió tributos de los caudillos locales.La emperatriz recompensó a su fiel ministro permitiéndole que celebrara un triunfo en el Hipódromo de Constantinopla en enero del 784.[20][21] Este acto disgustó al ejército, principalmente a los armeníacos, que hasta entonces habían sido un firme apoyo de Constantino VI contra su madre.Mientras sobornaba a los tagmata, Estauracio y otros de sus agentes frustraban la expedición encabezada por Constantino contra los abasíes, ya que temían que una victoria pudiera favorecer la imagen del emperador entre la población y el ejército.[1][21][25] Con Constantino VI eliminado, Irene pasó a reinar sola,[24] la primera emperatriz bizantina en hacerlo.Estauracio, sin embargo, vio su posición cada vez más amenazada por otro poderoso y fiel eunuco de la soberana, Aecio.Aunque un eunuco no pudiese legalmente sentarse en el trono imperial, parece que Estauracio aun así lo intentó.[28][29][30] Alertado por Aecio, la emperatriz emitió órdenes en febrero del 800 para que los militares se mantuvieran alejados de Estauracio.