Capricho que fue convenientemente interpretado por su valido, el conde duque de Olivares, dando la orden expresa de que al monarca se le representara montado sobre un caballo encabritado y andando “en corveta”, modelo hasta entonces desconocido en escultura, debido a su dificultad técnica.
Esta solución, pionera en el mundo del arte, impuso un nuevo modelo estatuario que ha estado vigente durante los siglos xvii y xviii.
Esta finalmente fue realizada por Ferdinando Tacca, hijo del escultor italiano, lo que puede explicar su menor calidad con respecto al resto de la obra.
En este traslado, se aprovechó la circunstancia para burlarse del valido, muy impopular en tiempos de peste, hambre y carestía.
Se debe a los escultores de cámara Francisco Elías Vallejo y José Tomás, quienes finalizaron el conjunto en el año 1843.
En las caras oriental y occidental se sitúan dos lápidas con inscripciones alusivas a la inauguración del monumento, promovido por la reina Isabel II.
Bajo la misma hay colocada una fuente, conformada por dos pilas en forma de concha, cuyas aguas se depositan en un pilón semicircular.
tarde y noche, alegremente, jugáis en torno a la fuente del gran caballo de bronce