[2]-[3] Se le tiene por el ermitorio más antiguo de Chelva (siglo XIV): su origen se remonta a finales del siglo XIV, en tanto primer asentamiento de los franciscanos en la zona (1390).[5] Mediado el siglo XIX (1847), Chelva contaba con nueve ermitas: San Joaquín, Santa Cruz, Ntra.La ermita que describe el periodista tiene el piso cubierto con baldosas blancas y negras, formando greca alargada.Sobre la pila del agua bendita, «que es una taza de piedra tallada sostenida por una columna labrada», un relieve plateado incrustado en el enlucido, representando a la Virgen de la Cueva Santa.Los escalones del presbiterio lucen atoques de madera, con azulejos antiguos en el frontis y el arrimadero.La imagen es de apariencia moderna, la más antigua (que era un cuadro) desapareció.Ha quedado, sin embargo, la semblanza que el padre Mares hizo de esta pintura (1681):Asimismo, se destaca la planta rectangular, el piso de baldosas (blancas y negras) y la bóveda de aristas con flores en tres tramos, basada en dos arcos apuntados apoyados en grandes pilastras.El presbiterio está elevado sobre escalones, con cubierta plafonada, conformando un conjunto muy luminoso.La primitiva (pintada) se perdió durante la revolución española de 1936, «aunque los elementos arquitectónicos del templo quedaron prácticamente intactos».
Vista parcial (suroccidental) de la Ermita de la Virgen de Loreto en
Chelva
(Valencia), con detalle de la casa del santero (2018).
Vista del pórtico de la Ermita de la Virgen de Loreto en
Chelva
(Valencia), 2018.
Detalle de la cobertura del pórtico de la Ermita de la Virgen de Loreto en
Chelva
(Valencia), 2018.