Como sucedió en todas las elecciones durante la restauración borbónica en España en estas el resultado estuvo determinado de antemano («encasillado») gracias al sistemático fraude electoral realizado mediante la red caciquil extendida por todo el territorio.En estas elecciones, como en el resto, el gobierno que las convocó las ganó, ya que en el régimen político de la Restauración los gobiernos cambiaban antes de las elecciones y no después como sucedía en los regímenes parlamentarios (no fraudulentos).El Partido Conservador quedó muy debilitado, y en Navarra se presentó en coalición con carlistas e integristas.Al mismo tiempo, también hubo división en el Partido Conservador cuando Antonio Maura y Juan de la Cierva y Peñafiel no aceptaron el liderazgo de Eduardo Dato.Más tarde quebró también la Conjunción Republicano-Socialista, a pesar del éxito relativo obtenido.
Mapa electoral político de España. Las Cortes de 1910.