[4] La Antigua Roma dominó una gran extensión de terreno, con tremendos recursos naturales y humanos.
Como tal, la economía de Roma permaneció centrada en la agricultura y el comercio.
Algunos economistas como Peter Temin consideran que el Imperio Romano era una economía de mercado, similar en su grado de prácticas capitalistas a la Holanda del siglo XVII y la Inglaterra del siglo XVIII.
[5] Tras la caída del Imperio Romano, Roma cayó en decadencia, y su antiguo poder económico y político pasó a otras ciudades de la península itálica como Milán, Florencia, Venecia o Palermo.
[7] El Renacimiento transformó a Roma en una ciudad del arte, la cultura, la política, la banca y el comercio, lo que produjo enormes beneficios, especialmente cuando los comerciantes florentinos se involucraron en los asuntos papales.
Otras marcas importantes, como Chanel, Dior, Louis Vuitton, Prada, Dolce & Gabbana, Armani y Versace, tienen tiendas de lujo en Roma, la mayoría en la pestigiosa Via Condotti.
La economía de Roma se caracteriza por la ausencia de industrias pesadas y está dominada por los servicios, la alta tecnología (tecnologías de la información, industria aeroespacial, defensa, telecomunicaciones), la investigación, la construcción y las actividades comerciales (en especial la banca), y el gran desarrollo del turismo, muy importante para su economía.
También hay otras zonas industriales importantes en ciudades cercanas como Aprilia y Pomezia.