Diego Hernández de Serpa

Después, fue para a España por 2 años, y regresó al Nuevo Mundo.

Después, regresó a España para reclamar la gobernación de Paria que le había ofrecido Ordás.

Diego se había pasado 48 años en América y reclamaba como premio a sus servicios que se le designase gobernador de la tierra firme de Paria y Cumaná.

Pasó otra vez de nuevo a Quito, donde se residenció.

Le fue asignada la extensa Provincia de Nueva Andalucía y Paria —territorios actuales de todo el oriente del país, toda la Guayana y Amazonas— para su conquista y colonización, "por dos vidas", o sea heredable a su hijo Garci Hernández de Serpa.

Llegó a Margarita el 4 de octubre de ese mismo año, en los navíos Nuestra Señora del Ángel, San Pedro, Santiago y San Vicente, más otra nave que adquirió en las Islas Canarias.

Como muchas de las nuevas ciudades recién fundadas, sus pobladores emigraron a otros sitios que eran más seguros o donde tuviesen más posibilidades de adquirir riquezas.

Presentes se señalan en el Acta 40 vecinos, muchos de ellos con su esposa e hijos.

Diego repartió entre sus compañeros las tribus indias que habitaban las costas del Golfo de Cariaco, realizando así los primeros repartimientos en la región al este de Maracapana.

Repoblada Cumaná, organizado el gobierno y la administración, Diego se aprestó para realizar la conquista de Guayana que era su meta.

Establecida ya una base militar en Cumaná, se apoyó en ella para iniciar su entrada a la región de los grandes ríos y del misterioso El Dorado.

Esto no debe parecer extraño, si se tiene en cuenta que como en años anteriores Nueva Cádiz de Cubagua, tampoco le interesaba a Margarita el establecimiento en la costa firme de ciudades con gobierno propio.

Lo cierto es que Diego, sospechando de Salas, ordenó al capitán Martínez hacerlo preso.