Los tallos de cardo pueden estar cubiertos con espinas pequeñas, casi invisibles, que pueden causar dolor considerable si se alojan en la piel.
Varios cultivares sin espinas se han desarrollado para superar este inconveniente.
La primera descripción del cardo puede venir desde el siglo IV a. C. por el escritor griego Teofrasto, bajo el nombre κάκτος (latín: cactus), aunque la identidad exacta de esta planta es incierta.
En Europa, el cardo se cultiva todavía en Francia (Provenza, Saboya), España e Italia.
Compositae) y taxones infraespecíficos: 2n=34[8] Cynara: nombre genérico que deriva del griego κινάρα,-ας o κυνάρα, "alcachofa", derivado de κυων-κυνός, cyon-cynos, "perro", por las brácteas involucrales que, por su forma, se asemejan a los dientes de dicho animal.