Cum Multa

Los nocedalistas se oponían frontalmente al régimen liberal de la Restauración, mientras que los pidalinos eran partidarios de integrar a los católicos en el régimen y realizar en él una política católica posibilista.[3]​ En su encíclica, el romano pontífice lamentaba las tensiones y divisiones políticas entre los católicos españoles, así como la falta de reverencia debida a los obispos.Pide el papa la unidad y armonía entre los católicos, especialmente importante en unos tiempos en que está presente una gran hostilidad hacia la Iglesia.Recuerda que no pueda constituirse una sociedad de espaldas a Dios y que las mutuas relaciones entre lo religioso y lo civil son necesarias, pues la religión es el principal sostén del bienestar público, pero existiendo entre ambas esferas una distinción.El clero, a través de su palabra tiene una gran influencia en todos los fieles, que miran y siguen su ejemplo.Las asociaciones de fieles —recuerda el papa— prestan un valioso auxilio en la promoción del catolicismo, interesa que crezcan en número y en compromiso en su labor.