La represalia española sobrepasó los límites y desembocó en un verdadero genocidio: luego de quemar y empalar a hombres y mujeres, Chaves hizo asesinar a 600 niños menores de nueve años, a los que hizo previamente pronunciar su apellido en vez del nombre de Jesús.
Este crimen fue condenado por los mismos españoles y fue denunciado ante la corte real.
[1] Toda un área extensa fue convertida en el corregimiento de Conchucos, involucrando bajo la misma jurisdicción a los pincos, huaris y piscopampas.
Españoles han muerto algunos de estos Indios en diuersas vezes: tanto que el Marqués don Francisco Piçarro embió al capitán Entre 1555 y 1560, los evangelizadores agustinos, luego de establecer un convento en Huamachuco, continuaron su labor pastoral por la sierra de Trujillo llegando al norte de Conchucos y fundaron en total 6 capillas con sus respectivas advocaciones en Pallasca, Tauca, Piscobamba, Corongo, Huandoval y Cabana.
En la nueva recomposición de tierras celebraron contrato 34 indígenas notables o curacas, 14 mestizos y 86 españoles.