Se convocaron a doce países europeos más el Imperio turco y los Estados Unidos.[1] Los propósitos del rey Leopoldo II encontraron apoyo en Francia y en Alemania convenciéndolos que para los intereses de ambos países era necesario asegurar el libre comercio en África.Portugal era un país demasiado débil para proteger un imperio africano demasiado vasto, por lo que tuvo que conformarse con la adquisición del territorio de Cabinda, en las bocas del río Congo, como reconocimiento de sus derechos en la zona.Para acreditar esta posesión era preciso que la potencia europea reclamante hubiese suscrito un tratado con la población local y ejerciera actos efectivos de administración, o que hubiera establecido una ocupación militar permanente que bastase para asegurar su posesión, adquiriendo también el derecho a la explotación económica permanente.El objetivo era evitar que las naciones europeas reclamasen derechos sobre un territorio donde no tuviesen presencia alguna, lo que afectaba a los países como Portugal, cuyos derechos reclamaba sobre la base de su exploración, por navegantes portugueses, en el siglo XV.6); así como, a la implantación del Convenio de Unión Postal Internacional en la zona (artículo 7).Estos derechos estarán vigilados por una Comisión Internacional de Navegación del Congo (artículo 8).Además, se crea una Comisión Internacional para velar por estas disposiciones (art.Para el río Níger se establecen los mismos criterios (artículos 26 al 29, y el 33) salvo los aspectos militares que son asumidos por Gran Bretaña y Francia en los tramos del río que discurre por sus colonias (artículos del 30 al 32).Los alemanes lograron establecerse en Camerún, cuyo territorio se amplió con un acuerdo franco-alemán en 1911.En el África oriental, los británicos intentaron establecer una continuidad desde sus dominios del Sudán anglo-egipcio pero se vieron interrumpidos por la presencia alemana.No obstante, Londres, logró someter Uganda, Kenia, y la Somalia británica.Con posterioridad se suceden las tensiones entre Londres y París en el llamado incidente de Fachoda (1898).La penetración europea también encontró la resistencia de las culturas nativas, que si bien dificultaron el avance colonial, a la larga no pudieron impedir la ocupación efectiva del territorio, salvo en el caso de Abisinia en 1896 sobre los italianos.Algunos ejemplos de resistencia indígena fueron: En pocos años, tras la conferencia, todo el continente africano quedaba repartido entre las potencias salvo Liberia y Abisinia (hoy Etiopía), cuyo control deseaba Italia, resistió a la invasión y permaneció independiente.Liberia, por su parte, era el territorio escogido por la American Colonization Society (ACS) para fundar una colonia en África con antiguos esclavos afroamericanos.
La conferencia de Berlín, según una ilustración de "Illustrierte Zeitung".
Caricatura sobre la Conferencia de Berlín.
Mapa del África colonial en vísperas de la
Primera Guerra Mundial
(1914). Tras la Conferencia de Berlín (1884-1885),
Europa se repartió toda África
, con la excepción de
Abisinia
(actual Etiopía) y
Liberia
. Hubo continuas tensiones entre países durante la colonización del continente, visto como muy desfavorable para Italia y Alemania y muy beneficioso para Francia y Reino Unido.