El 7 de agosto, las Cámaras eligieron rey al Lugarteniente del Reino, proclamándolo como tal dos días después.
Exiliado en Frohsdorf (Austria), hasta la caída del Segundo Imperio (1870), no intentó seriamente subir al trono, limitándose a redactar manifiestos políticos, pero sin pretender alguna acción política o militar en favor de la monarquía, más aún considerando que Napoleón III no había revocado los impedimentos para el retorno de los Borbones a Francia.
La derrota en la Guerra Franco-Prusiana puso fin abrupto al Segundo Imperio en septiembre de 1870, y no fue hasta 1871 que se firmó la paz con Prusia y Francia pudo dedicar sus energías a establecer cuál sería su forma de gobierno.
Tanto Adolphe Thiers como el general Patrice de Mac Mahon estaban dispuestos a aceptar el retorno de la monarquía si así lo disponía la Asamblea Nacional, y en tal sentido se hicieron algunas negociaciones con Enrique.
No obstante, para esas fechas el paño tricolor francés heredado de la Revolución había sido símbolo nacional desde 1830, es decir, durante casi 40 años ininterrumpidamente.
Mac Mahon se negó entonces a servir de intermediario entre Enrique y la Asamblea Nacional, la cual rehusó aceptar el restablecimiento de la drapeau blanc pero sin rechazar explícitamente una monarquía regida por Enrique.
No obstante, a lo largo de ese periodo la intransigencia de Enrique le fue restando partidarios (más aún cuando su insistencia en el caso del drapeau blanc se hizo pública) y los diputados republicanos empezaron a alcanzar mayores escaños en la Asamblea Nacional.