María Clementina de Austria (1777-1801)
Ese año sería comprometida con el príncipe heredero Francisco de Nápoles y de Sicilia,[1] aunque el matrimonio aún tardaría siete años en realizarse; mientras, sus padres murieron en 1792 y su hermano mayor, Francisco, subió al trono como el último emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.María Clementina era considerada bastante bonita, aunque lamentablemente marcada por la viruela, pero de porte regio.Prefería los juegos familiares, los paseos por la terraza a la luz de la luna y la conversación.Durante el viaje desde Trieste a Foggia sintió nostalgia por la corte vienesa, que había dejado atrás para siempre, pero, cuando llegó a Apulia, supo comportarse sin embargo María Carolina, su tía y suegra, al principio se mostró complacida con su cariño, su frescura y su sentido común, pero luego luchó cada vez más por comprender el carácter reservado que mostraba con ella.Culta, modesta, digna y amable, María Clementina se había ganado con el tiempo la confianza de todos y la opinión pública había admirado su valiente intercesión en nombre de Luisa Sanfelice.