Condado de Buendía

Se trata del único título nobiliario proveído por el infante durante su efímero reinado (1465-1468) y tiene lugar, además, en un contexto de dualidad monárquica, por lo que pretende demostrar con ello su legitimidad, pues solo el monarca podía otorgar privilegios y mercedes.El linaje Acuña castellano descendería de los Cunha portugueses, a quienes genealogistas como Salazar y Castro o Bethencourt[1]​ entroncan con los reyes asturleoneses a través de un hijo natural de Fruela II, el infante Aznar Fruela, reivindicando así una ascendencia goda.Sin embargo, no consta en la documentación medieval que el rey Fruela tuviera un hijo llamado Aznar[a]​ y se enmarcaría, por tanto, dentro de las estrategias desarrolladas por los linajes nobiliarios para construir genealogías de origen mítico con el fin de ensalzar su prosapia y abolengo, convirtiéndose los reyes godos o asturleoneses en uno de los principales grupos reivindicados por las estirpes castellanas como sus más destacados antecesores.[3]​ Y, así, el primer miembro documentado de este linaje es Gutierre Peláez, quien vivió a finales del siglo XI durante los reinados de Fernando I y Alfonso VI.Pese a ello, su filiación no está documentada y otros autores han propuesto un origen foráneo -gascón o gallego-, bien como caballero del séquito que llegó a Castilla acompañando a Enrique de Borgoña, o bien entroncándoles con la poderosa casa de Traba, sin prueba documental alguna.Como hemos visto, fue Salazar y Castro quien lo consideró hijo de Pelayo Peláez, hijo a su vez del conde Pelayo Froilaz el Diácono, quien supuestamente -siempre según Salazar y Castro- descendería del rey Fruela II, aunque dicha filiación no está constada documentalmente.De hecho, la genealogía de estos linajes ha sido estudiada posteriormente por la historiadora Margarita Torre, desmintiendo la ascendencia goda propuesta por Salazar y Castro, aunque pertenecerían, sin duda, a la más alta nobleza asturleonesa, en muchos casos emparentada con la propia casa real.En cualquier caso, Gutierre Peláez habría heredado de su familia importantes posesiones entre el Duero y el Miño como señores de la casa, quinta y torre de Silva (freguesia de Valença) y, por tanto, estuvieron presentes desde un primer momento, en la conformación del condado portucalense primero y del reino portugués posteriormente.Por lo que respecta a su hijo, Paio Guterres (Pelayo Gutiérrez), pasó con Enrique de Borgoña y su esposa, la infanta Teresa de León, al territorio concedido a la joven pareja por su padre Alfonso VI en 1095, conocido como condado portucalense, región donde precisamente se encontraban las principales posesiones del linaje.Las posesiones del linaje se dividieron entre los hijos de este matrimonio: Gómez Lourenço da Cunha heredó Cunha y Joao Lourenço da Cunha heredó Tábua, sobre la que creó hacia 1260 un mayorazgo, convirtiéndose en una de las fundaciones vinculares más antiguas de la Península.Sin embargo, al morir ambos sin herederos, ambas villas pasaron a su hermano Vasco Lourenço da Cunha, quien sigue la línea como señor de Mordago, Cunha y Tábua, contrayendo matrimonio con Teresa Pires Portes, padres de Martim Vasques da Cunha.Asimismo, Martín había estado casado en primeras nupcias en Portugal con Teresa Téllez Girón, sobrina y dama de la reina Beatriz de Castilla, con quien pasó a Portugal.Por lo que respecta a Gil Vázquez de Acuña, Enrique III le concedió los señoríos de Rueda, Mansilla y Castilberrón, también en tierras leonesas, si bien en 1402, gracias a la firma de una tregua entre ambos reinos, retornó a Portugal, donde el rey le devolvió los bienes y tierras que le habían sido confiscados, falleciendo en 1418.A pesar de ello, la trayectoria del linaje en territorio conquense se caracterizó por la lucha con los Mendoza, señores de Cañete (posteriormente elevado a marquesado), confrontación que supuso un gran perjuicio para su patrimonio.En pago a sus servicios recibió diferentes mercedes de Juan II, quien en 1432 le convirtió en señor de Mansilla, Rueda y Castilberrón y conde de Colle y Parma, en tierras leonesas, ya concedidas por Enrique III a su hermano Gil, aunque éste había regresado a Portugal en 1402.En 1439 fue nombrado embajador ante la corte navarra para concertar y capitular las bodas del príncipe heredero, el futuro Enrique IV, con Blanca de Navarra, quien al año siguiente viajó a Valladolid para contraer matrimonio.Durante las primeras cortes celebradas en este reinado, que tuvieron lugar en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) en 1476, se creó la Santa Hermandad.En el verano de 1485 participó en una segunda incursión en tierras musulmanas que tenía como objetivo tomar la ciudad de Moclín (Granada), pero que acabó en derrota para los cristianos.Se inicia, así, una política de alianzas matrimoniales que continuará con los sucesores y dará lugar a que el título condal de Buendía acabe recayendo a finales del XVI en el linaje Padilla.No obstante, el alcaide de ésta les amenaza advirtiéndoles del buen equipamiento de cañones y mosquetones que poseía la fortaleza, algo que los amotinados no tenían, ante lo cual, los rebeldes decidieron dirigirse al palacio de los condes, bien armados de picas y escopetas, a la luz de las antorchas y guiados por Pedro Niño, consiguiendo entrar en la mansión condal gracias a que Rodrigo Niño, que trabajaba de paje en él, se fingió leal a los condes y habría abierto un postigo a los asaltantes, quienes hicieron prisioneros a los condes.Una vez entregado, éste pasa a manos de Gaspar de Villadiego y los condes fueron expulsados, viviendo sucesivamente en Villaviudas, Cubillas, Cigales (en el palacio del conde de Benavente) y Palenzuela, por lo que el pueblo entregó a Pedro Niño la vara de alcalde, procediéndose a nombrar un nuevo concejo, en el que se sustituyó la figura del alcalde mayor, representante del señor, por la de dos alcaldes ordinarios y se introdujo la figura del diputado.Al ser segundones, fuera, en principio, de la línea de sucesión, habían orientado su actividad a la carrera militar y pertenecían a las órdenes militares más importantes del reino.Por último, contrajo matrimonio con Luisa Garavito, hidalga soltera oriunda de Dueñas.Actuó como embajador extraordinario en Inglaterra, Francia, Flandes, Portugal y Alemania.Entró en la corte como menino en la casa de la emperatriz Isabel, pasando a ocupar tras la muerte de ésta en 1539 este mismo puesto en la casa del príncipe Felipe.Sin embargo, tras protagonizar dos curiosos acontecimientos narrados por la propia santa Teresa de Jesús en sus Fundaciones (Capítulos X y XI), logró profesar en el convento fundado por la propia santa abulense en Valladolid dedicado a la Concepción del Carmen en 1577.Finalmente, la hermana mayor, Luisa de Padilla, que había renunciado al mayorazgo, en 1575 se vio obligada a colgar el hábito, con las debidas autorizaciones, para hacerse cargo del estado familiar y contraer matrimonio con su tío Martín de Padilla y Manrique, I conde de Santa Gadea (1587) e importante marino al servicio de Felipe II.Finalmente, en 1978, los Medinaceli crearon una fundación con el objeto de conservar, restaurar, reintegrar, estudiar, promover y difundir el patrimonio histórico tanto material (inmueble, mueble y documental) como inmaterial (tradiciones, devociones, rituales,...) vinculado, a través del tiempo, a su Casa.Y, así, entre la documentación conservada, nos encontramos los diferentes privilegios y mercedes concedidos por los reyes a favor de sus diferentes miembros; estudios genealógicos de sus linajes; la fundación de mayorazgos, testamentos y capitulaciones matrimoniales; documentación relativa a los abundantes pleitos en que se vieron inmersos; así como la documentación económica y administrativa que supuso la gestión de estos ingentes patrimonios señoriales.En suma, una documentación de gran valor e importancia para reconstruir la historia del estamento nobiliario.
Escudo de los condes de Buendía, que se encuentra tallado en piedra sobre la puerta del antiguo Hospital de Santiago Apóstol en Dueñas (Palencia)
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Sitio de Lisboa (1147), en el que participó Fernao Pais, I señor de Cunha-Alta, recibiendo la merced de Alfonso I Enríquez de poder usar las nueve cuñas como blasón familiar
Escudo heráldico del condado de Buendía
Los descendientes de Martín Vázquez de Acuña se convirtieron en condes de Valencia de don Juan (León). Asimismo, de los hijos de su primer matrimonio descienden algunas de las casas aristocráticas castellanas más importantes de la Edad Moderna, como los marqueses de Villena y los duques de Osuna y condes de Urueña
Escudo heráldico del condado de Valencia de Don Juan
Batalla de Aljubarrota (1385), tras la cual los Acuña se exiliaron en Castilla, donde Lope recibió de Enrique III los señoríos de Buendía (Cuenca) y Azañón (Guadalajara)
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Muralla de Buendía (Cuenca), primera posesión de Lope Vázquez de Acuña en Castilla, otorgada en 1397 por merced de Enrique III en compensación por sus perdidas en el reino luso.
Torre de Santa María e iglesia de San Agustín de Dueñas , localidad palentina cuyo señorío recibió Pedro de Acuña por merced de Juan II en 1439, estableciendo desde entonces en ella la cabeza de sus estados señoriales
Sepulcro de Pedro Vázquez de Acuña y Albornoz (muerto el 30 de octubre de 1482) en el panteón condal de la iglesia de Santa María de Dueñas.
Sepulcros de Lope Vázquez de Acuña (m. 1 de febrero de 1489), II conde de Buendía y adelantado de Cazorla, y su esposa Inés Enríquez de Quiñones (m. 24 de diciembre de 1488), tíos de Fernando el Católico .
Sepulcro de Fadrique de Acuña, V conde de Buendía, en el panteón condal de Santa María de Dueñas .
Escudo de los Padilla, condes de Santa Gadea y adelantados mayores de Castilla
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Escudo de armas del ducado de Uceda, quienes heredaron el título condal de Buendía por su matrimonio con Mariana de Padilla y Acuña
Retrato de Juan Francisco de la Cerda , VIII duque de Medinaceli, quien heredó el título condal de Buendía por su matrimonio en 1653 con Catalina Antonia de Aragón y Sandoval, duquesa de Segorbe, Cardona y Lerma.