A este vínculo, que incluía el citado adelantamiento, quedó agregado también el título de conde, que se rige por tanto por sus reglas sucesorias.
El bisabuelo del primer adelantado fue • Diego de Avilés, que tuvo por hijos a
[40] Atravesó el Atlántico veintiséis veces, completando trece viajes redondos con la Flota de Indias.
Y en segundo lugar llamaba a su hermano Álvaro Sánchez de Avilés.
De este testamento tenemos noticias por declaraciones de testigos, pero no apareció nunca, pues Pedro del Castillo lo destruyó por orden del Adelantado cuando este hizo uno nuevo.
Por este testamento (citado a veces como «poder para testar») el Adelantado revocaba el anterior, nombraba albacea al mismo Pedro del Castillo, vecino y regidor de Cádiz, y le confería amplios poderes para liquidar sus créditos y deudas, colocar el remanente en nuevos bienes y adjudicarlos haciendo el mayorazgo que quería fundar con la misma facultad real,[8] a cuyo goce llamaba en primer lugar a su hija Catalina, y en segundo a su sobrino nieto Pedro Menéndez de Avilés (nieto de su difunto hermano Álvaro Sánchez).
en las provincias de la Florida, anejas a su descubrimiento y población, esceptuando las veinte y cinco leguas en cuadro concedidas por el mismo asiento, y el título ofrecido de Marqués, que debía disfrutarlos su hija [natural] doña María, mujer de D. Diego Velasco, llamada en tercer lugar, con la cláusula de pasar a vivir con su marido a la Florida».
[43][9] Y su última disposición fue un codicilo que ratificaba el testamento anterior.
[10] Al otorgar este codicilo, cometió un grave error el Adelantado, pues se remitía a su anterior testamento cerrado hecho en Cádiz y en poder de Pedro del Castillo, aunque parece claro que su intención era referirse al testamento hecho en Sanlúcar por el que apoderaba a dicho Pedro del Castillo.
[44] El error fue subsanado por varias resoluciones judiciales, señaladamente una sentencia de 1603, que reconocieron la intención notoria del testador de ratificar su testamento hecho en Sanlúcar, por lo que fue efectiva la fundación del mayorazgo.
A su hija María, monja, le mandaba por sus días 50 ducados de renta anual, y nombraba por única y universal heredera a su hija Catalina.
En 1571 pasó a la Florida junto con María Menéndez, su hijastra, y el marido de esta, para instalarse allí definitivamente, pero al morir el Adelantado regresó a España para cobrar y litigar su herencia.
Este señor pretendió sin éxito el gobierno efectivo de dicha provincia, siguió con los pleitos y falleció hacia 1600.
Del primero tuvo por hija única a Cuando falleció Catalina Menéndez de Avilés en 1611, habiéndole premuerto su hija y su nieta únicas, quedó extinguida la descendencia legítima del primer adelantado.
El Adelantado la reconoció tempranamente y la crio en su casa, con su mujer e hijos legítimos, a quienes estuvo muy unida.
Fruto de este matrimonio, el Adelantado tuvo estos cuatro hermanos uterinos:[20][78]
Y falleció poco después, haciéndose inventario de sus bienes en 1619.
Dos años después murió su padre, y a raíz de ello su madre y curadores iniciaron en su nombre una serie de pleitos por la herencia del Adelantado, que Pedro siguió por sí mismo cuando tuvo edad para ello.
Estos litigios le enfrentaron con su tía Catalina hasta el punto de convertirse en «un verdadero tormento» para ella durante los últimos años del siglo XVI.
[101] Sin embargo, en 1600 se produjo la reconciliación, propiciada por la concurrencia de dos muertes «oportunas».
Pedro lo obtenía como teniente por designación de su tía Catalina, que era la poseedora, pero quince años después la sucedería también como titular del mayorazgo, al fallecer ella sin descendencia en 1611.
A finales de 1600 capituló casar con Mencía de Valdés,[77] su deuda (c.1590-c.1605), arriba filiada como única biznieta legítima del Adelantado, pero este matrimonio no se pudo llevar a efecto porque ella murió adolescente unos cinco años después.
[128] Testó junto con su mujer en Valladolid el 18 de enero de 1709 ante Isidro Calderón, nombrando por heredera universal a Catalina, su única hija supérstite, y murió en los años siguientes.
[167] Al enviudar del duque en 1794, esta señora solicitó una pensión a S.M.
[198] Con sucesión en que siguieron todos estos títulos y el adelantamiento de la Florida.
«Poeta de notable inspiración, prosista castizo, eruditísimo en materias históricas, principalmente en las referentes a su querida Asturias, filósofo, latinista y muy versado en Literatura clásica, como también en Teología y Cánones […].
El Señor Conde de Canalejas era de conciencia tan rígida, que consideraba nefasta la más ligera concesión a escuelas filosóficas incompatibles con el Catolicismo».
[208] Al ser elegido diputado en 1850 trasladó su residencia a Madrid, donde sostuvo vivas polémicas en los debates de las Cortes y del Ateneo y en sus artículos publicados en El Pensamiento Español.
[211] En 1895 fue nombrado gobernador de una provincia en las Filipinas, cargo que ejerció hasta la ocupación estadounidense en 1898.
Entre 1959 y 1960 quedó al frente de la empresa, que por entonces se llamaba Banca Hijos de Olimpio Pérez y más tarde se convertiría en el Banco Gallego.