Los quilópodos (Chilopoda, del griego antiguo χεῖλος, kheilos, "labio" y del latín podos, "pie")[2] son una clase de miriápodos comúnmente conocidos como ciempiés, centípedos y escolopendras.
Pueden llegar a medir desde unos cuantos milímetros, en los Lithobiomorpha y Geophilomorpha, hasta los 30 cm en los Scolopendromorpha.
Se conocen quilópodos fósiles del Silúrico tardío, hace unos 418 millones de años.
Lithobiomorpha posee poros coxales en la superficie ventral de las patas 12 a 15 en adultos.
Lithobiomorpha y Scutigeromorpha ponen sus huevos en hoyos en la tierra, los cuales luego cubren y abandonan; ponen entre 10 a 50 huevos, que no poseen un tiempo definido para su desarrollo pudiendo tomar entre uno a unos pocos meses.
El tiempo que tardan en llegar a la etapa adulta depende de cada especie, pudiendo tomarles meses o años.
Por su baja natalidad, y largos periodos de desarrollo, se los ha clasificado como selección K. Geophilomorpha y Scolopendromorpha en cambio, ponen de 15 a 60 huevos en un nido en tierra o madera, que son cuidados por la hembra, que los protege y los lame para que no se desarrollen hongos, llegando algunas especies incluso a quedarse la hembra con las crías, pero si esta es molestada lo más seguro es que abandone los huevos o crías, pudiendo comérselos; los huevos abandonados son fácilmente presa de los hongos.
[9] Por ejemplo, Scutigera coleoptrata, el ciempiés doméstico, nace con sólo cuatro pares de patas y en sucesivas mudas tiene 5, 7, 9, 11, 15, 15 y 15 pares respectivamente, antes de convertirse en un adulto sexualmente maduro.
[10] Los Craterostigmomorpha sólo tienen una fase de anamorfosis, teniendo los embriones 12 pares, y los adultos 15.
[11] El clado Epimorpha, formado por los órdenes Geophilomorpha y Scolopendromorpha, es epimórfico, lo que significa que todos los pares de patas se desarrollan en las fases embrionarias, y las crías no desarrollan más patas entre mudas.
[16] Los quilopódos por lo general son depredadores y se alimentan de una gran variedad de invertebrados terrestres como insectos, arácnidos, gusanos, lombrices, babosas y caracoles, algunas especies de quilopódos grandes como las escolopendras pueden cazar invertebrados más grandes o pequeños vertebrados como lagartijas, serpientes, roedores y murciélagos.
Esta clasificación se basa principalmente en el número de patas con que nacen los individuos, los que desarrollan todos los pares de patas y sus respectivos segmentos en su estado embrionario (epimorfosis) pertenecen a Epimorpha.
Según los estudios filogenéticos, tanto morfológicos como moleculares, se ha llegado al cladograma siguiente.