Nacidas en Le Mans, Francia, del matrimonio formado por Clémence Derré y Gustave Papin, las hermanas procedían de una familia problemática.
Clémence, trabajadora doméstica, salía con Gustave, y se rumoreaba que tenía al mismo tiempo un amorío con su patrón.
En 1912, cuando Emilia tenía casi 10 años, alegando que Gustave la había violado, Clémence la envió al orfanato católico Bon Pasteur.
Christine fue descrita como trabajadora y buena cocinera aunque a veces se volvía insubordinada.
Léa fue descrita como tranquila e introvertida pero obediente, y era considerada menos inteligente que Christine.
[cita requerida] En 1926, Christine y Léa comenzaron a trabajar en el 6 rue Bruyère para la familia Lancelin.
Las hermanas Papin explicaron a la señora Lancelin que cuando Christine enchufó la plancha se había producido un apagón eléctrico.
Cuando llegó a la casa de su amigo, encontró que su familia no había ido allí.
Junto con el policía regresaron a la casa de los Lancelin y el agente consiguió entrar trepando por la pared del jardín.
Creyendo que las sirvientas habían conocido el mismo horrible destino, el policía continuó arriba sólo para encontrar la puerta de su habitación también cerrada.
Dentro de la habitación encontraron a las hermanas Papin arrodilladas sobre la cama, abrazadas, desnudas en bata (se habían lavado tras la agresión).
También creyeron que el afecto de Christine para su hermana se fundaba en los lazos familiares y no en una relación incestuosa como otros habían sugerido.
Esto era especialmente cierto sobre Léa, cuya mansa personalidad se comprobó que estaba eclipsada por la obstinada y dominante Christine.
No se relacionaban con los empleados de las casas vecinas, y los repartidores las habían visto en muy contadas ocasiones.
Sus días libres no salían a ninguna parte, se lo pasaban cosiendo y bordando en su habitación.
Su habitación contaba con luz y agua corriente, que en ese entonces aún no era lo más común.
Christine fue inicialmente condenada a muerte en la guillotina, aunque luego la sentencia se conmutó por encarcelamiento de por vida, considerando su comportamiento.
Los funcionarios de la prisión la transfirieron a una institución mental en Rennes, esperando que la ayuda profesional la beneficiaría.
[4] Algunos relatos declaraban que Léa murió en 1982, pero el cineasta y documentalista francés Claude Ventura descubrió a Léa en un centro de caridad en Francia en el año 2000 mientras dirigía el documental En Quête des Soeurs Papin (En busca de las hermanas Papin).