Palacio de Charlottenlund

Meldahl incorporó extensiones en ambos lados del edificio, dotándoles con más espacio por medio de profundos avant-corps en la fachada que da al jardín.[8]​ Al otro lado, la fachada principal ha quedado marcada por los elementos correspondientes a las nuevas extensiones, alineados con el elemento céntrico original alrededor de la entrada principal, con sus ocho ventanas y rematado con un frontón con adornos en relieve y un ojo de buey.Ulrik renovó los edificios, caminos y estanques de pesca, y construyó una glorieta y una nueva residencia de verano, que se cree que estaba ubicada en el sitio del palacio actual.No obstante, Federico volvería a reclamar la hacienda una década después, entregándole a su actual propietario como compensación una escritura de parte de Skjoldenæsholm, en Ringsted, propiedad del aristócrata Henrik Müller, quien la había recibido del propio Federico en 1662 y donde construyó su mansión principal al norte del antiguo castillo (aunque la propiedad solo pasaría por completo a título de Gyldenløve años después, siendo rey su medio hermano, Crisitán V).[11]​ A pesar del cambio de titularidad, el lugar seguía siendo conocido todo este tiempo como Gyldenlund, y solo cambiaría de nombre en 1730 tras su entrega como donación por el príncipe heredero (futuro Christian VI) a su hermana, la princesa Carlota Amalia.[12]​ Bajo Carlota, el lugar pasó por una amplia reforma, que incluía la completa sustitución de la mansión por un nuevo edificio construido al estilo barroco.La construcción se llevó a cabo bajo la supervisión del ingeniero oficial de la entonces casa real danesa, siguiendo el diseño del arquitecto jefe y administrador de los jardines reales Johan Cornelius Krieger.El palacio, sin embargo, resultó pequeño para acoger a la numerosa familia real, motivo del gran proyecto de ampliación realizado por Meldahl entre 1880 y 1881.Tras la muerte de Federico VIII, la reina viuda Luisa, muy popular entre la población, vivió en el edificio hasta su propio fallecimiento en 1926.Bastante atípico para una residencia real, el parque permaneció abierto al público durante la mayor parte del siglo XIX.En los veranos, a menudo se escuchaba música en sus sendas (una costumbre que persiste hasta la actualidad).[13]​ Ese año, la Dansk Biologisk Station (Estación Biológica Danesa),[14]​ más tarde renombrada Danmarks Fiskeriundersøgelser, se mudó al edificio.
Retrato de Carlota Amalia de Dinamarca (1729), cuyo nombre recibe el palacete.
La fachada que da al jardín del palacio en su forma original (antes de su ampliación ( ca. 1830)
Jægersborg Allé en el siglo XIX , a su paso por Charlottenlund.
Retrato de Ulrik Frederik Gyldenløve . Museo de Laurvig (Noruega).
Las princesas Ingeborg de Dinamarca y Thyra de Dinamarca en el palacio.
La «casa de hielo» ( pozo de nieve ) en el parque del palacio.